Los libros de texto gratuitos y la transformación de la educación

Siendo secretario de Educación Publica, Jaime Torres Bodet en 1959, el presidente de México, Adolfo López Mateos, con la intención de dotar de materiales a estudiantes de educación básica, creó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, desde entonces y hasta la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República y de Leticia Ramírez Amaya a la SEP jamás, en la historia de la Educación en México, se había convocado a maestras y maestros de todo el país para que participaran en la elaboración de los libros de texto.

Estos libros han provocado intensos debates que nada tienen que ver con la vacilada de quienes han difundido a placer que los libros de texto contienen el virus comunista; que promueven una visión sesgada o dogmática de la historia, la cultura y la sociedad; que atentan contra la libertad ya que pretenden convertir a estudiantes en sumisos esclavos de una dictadura. Esta narrativa es tan estridente como el “Peligro para México” repetido hasta el cansancio al compás de los estados anímicos de los moralmente derrotados. Intereses mezquinos auspiciados por cúpulas empresariales que ven mermadas sus ganancias convergen en un boicot judicial y mediático contra los libros de texto.

Sin embargo, en congruencia con el principio de legalidad, he de decir que la SEP ha cumplimentado todos los requerimientos judiciales y que no hay impedimento para distribuir, el próximo 28 de agosto, a niñas, niños y adolescentes los más de 170 millones de libros de texto gratuitos.

Los nuevos libros de texto gratuitos serán un instrumento al servicio del docente que contribuirán al derecho humano a la educación y al acceso de las personas a una vida digna y participativa, sus contenidos habrán de fomentar el pensamiento crítico, visibilizar la diversidad cultural de pueblos y grupos históricamente marginados.

Los libros de texto con sus proyectos, sus múltiples lenguajes y nuestros saberes recuperan a la comunidad como núcleo integrador del proceso enseñanza aprendizaje, transforman el modelo educativo a través del trabajo colectivo y la autonomía profesional que desarrolla el pensamiento pedagógico dejando atrás el tradicional modelo prescriptivo; las matemáticas y todos los aprendizajes están en todos los libros de manera transversal, no mas un conocimiento aislado o segmentado, bienvenida la integración curricular con perspectiva histórica, social, filosófica, económica, pedagógica y psicológica.

Los comunistas trasnochados están en otro lado y son los mismos que se niegan sistemáticamente a asociar el bien común con los conceptos de comunidad o de comuna que tanto les inquietan pese al vinculo de identidad que crean.

Nadie llama comunistas a los defensores del bien común, ni llaman dictadores marxistas a quienes impulsan la doctrina social de la iglesia.  El comunismo de Carlos Marx como teoría del bien común, está más ligada a la doctrina tomista de nuestros detractores que a las políticas públicas del gobierno de la Cuarta Transformación.

México es una nación con diversas culturas, lenguas, costumbres, formas, acentos, gustos, colores, sabores, leyes y sueños. México es mucho más que un discurso, mucho más que una doctrina, México es una nación donde su niñez, más allá del color de su piel o el de sus ojos, o el lugar donde haya nacido, es más inteligente de lo que sus propios padres imaginan. Niñas y niños han mostrado de sobra que son críticos y reflexivos. Los libros de texto sí se tocan y muy pronto estarán en las manos de estudiantes, maestras y maestros que sabrán afrontar el paradigma de la Nueva Escuela Mexicana.

Queremos que niñas, niños y adolescentes sean felices en la escuela, que en ella aprendan, jueguen y convivan en armonía, que vayan con gusto a clases, que se sientan seguros, apreciados y queridos. Que el aula, la escuela y la comunidad les convierta en personas solidarias, humanistas, críticas y conscientes de que los problemas comunes se resuelven en comunidad ya que solo así construiremos un mejor lugar para vivir felizmente en el.

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