Los problemas a enfrentar en 2025
Estamos ya en el 2025 y los seres humanos somos el tiempo. El tiempo no existe, nosotros pasamos en él y en esa temporalidad este año será clave para entender muchos de los trabajos políticos que se realizaron el año pasado: una cantidad considerable de reformas constitucionales, que este año que inicia estarán a prueba real de la sociedad que integramos más de 130 millones de personas. Sin duda, la crisis judicial ha sido uno de los temas fundamentales en los que nos hemos debatido “en solitario”. Lo hacemos así porque ya no hay una discusión política, la impartición de justicia no es representativa, es aplicativa y se requieren muchos talentos, tiempo y esfuerzo para ir construyendo ese gran edificio del Poder Judicial. Sin embargo, lo enfrentaremos el primer domingo de junio.
También tenemos el deterioro en servicios, salud, educación y seguridad pública en el reparto equitativo de la riqueza que no es bienestar, sino la construcción de una sociedad que viva armónicamente, que trabaje y que haga las culturas a las que está acostumbrado a darles calidad. Es decir, este año tendremos que enfrentar la diferencia entre la narrativa política y los resultados tangibles para profundizar la insatisfacción ciudadana que nuevamente llegará a las urnas.
Otro de los problemas que tenemos que atender es la deuda y los desafíos fiscales. Sobrepasamos más del 50% del Producto Interno Bruto solamente para atender la deuda pública, esa que sigue en aumento. Se requiere un talento fiscal más que un compromiso de partido. No tenemos una reforma fiscal.
Es una idea que no ha prosperado, primero porque quienes lo han señalado desde las tribunas políticas han tenido una enorme pobreza de construir una política pública de orden fiscal. Tenemos un futuro incierto en las pensiones y esto es preocupante porque uno de los grandes saberes que en México tenemos es, precisamente, esos ahorros que pertenecen a las y los trabajadores.
Otro de los temas candentes es el crimen organizado. No podemos transitar libremente como lo garantiza nuestra Constitución, estamos a merced de los traviesos que tienen el control territorial. Como ciudadanos tenemos que recuperar esas capacidades perdidas para desplazarnos a visitar a nuestros amigos en otras entidades federativas, transitar nuestras vacaciones y llegar nuestro trabajo. Yo no creo que exista un solo mexicano o una sola mexicana que no esté dispuesta a apoyar un nuevo liderazgo que garantice la seguridad que debemos sacar adelante.
La política internacional es un esfuerzo que todas y todos los mexicanos tenemos que seguir haciendo para que México siga siendo un constructor de la paz.
Esos y otros problemas tenemos que enfrentar en el año 2025, en el cual las reformas ya consumadas van a empezar a dar el rostro que las y los mexicanos queremos verles.
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