Los últimos días de AMLO

Estamos a los últimos días del señor Presidente don Andrés Manuel López Obrador, me dirijo con mucho respeto a su persona, ya que él se caracterizó por no tener el respeto a muchas y muchos mexicanos.

Evidentemente que su gobierno tuvo logros que tuvieron un impacto en materia electoral: la disminución de la pobreza, pasar de 51.9 en 2018 a 46.8 en el 2022, pues ya es una cifra considerable de disminución de la pobreza. Estas son cifras de Coneval, sin embargo, el propio Coneval nos dice que aumentaron las carencias sociales. Del mismo 2018 al mismo 2022 aumentaron en un 3%, pasaron de 25 a 32.1 millones de requerimientos de carencias sociales.

El aumento al salario mínimo, sin duda, fue uno de los grandes, éxitos al pasar de 88 a 207.207 pesos, que es un equivalente al 62%. Elevar a rango constitucional los programas de salud -ampliarlo sería la expresión correcta, porque el rango ya existía en nuestra Carta Magna- sin duda también fue uno de los programas de logros importantes. Algo en lo que no tuvo nada que ver, pero le sonrió la suerte, fue la apreciación de nuestra moneda. En 2018, un promedio de 20 pesos con 22 centavos y para estas fechas de 2024, 19 pesos con más de 40 centavos. Esto es algo que le benefició y que además se ve altamente protegido por la reservas internacionales y por la fortaleza que le vino del pretérito.

Sin duda, hay una estabilidad económica que no solamente depende de factores internos, sino también de factores externos, pero así como Coneval nos dijo que disminuyó la pobreza, pero aumentaron las carencias sociales, hay otro retrocesos en los servicios de salud. De 2018 a 2022 podemos registrar más de 50 millones de mexicanas y mexicanos que no tienen acceso a la salud. Son 15 millones más de votos de los que tuvieron.

Hay casi 28 millones de mexicanas y mexicanos en rezago educativo, solamente toco las cifras del Instituto Nacional de Educación para los Adultos.

En los homicidios dolosos, sin precedentes, ¡superó todo! Cerca de 200.000, 14.8% más que con Peña y 55.8 más que con Calderón

A mí, en lo personal, no me parece digno hacer de nuestro Ejército Nacional una suerte de mil usos, que están en todo menos en lo que les corresponde.

Odiar al Poder Judicial, ennoblecer y loar -porque son humanos- al crimen organizado, me parece que es un gran retroceso.

Estos triunfos electorales se dan a un izquierda que no es marxista, pero que tampoco es de izquierda, porque la concepción filosófico y política de la naturaleza de izquierda y del marxismo nada tienen que ver con 1847 hacia 2024.

Así no se concibe la lucha política en beneficio o en la reivindicación, tanto de gobierno como política, a las necesidades populares. Lo que se logró, eso sí, es un enorme despotismo de las mayorías y con ello se echó a la borda el Estado de Derecho.

El Estado de Derecho se aventó al basurero de la historia y en su lugar los medios de comunicación entraron a escena y a la marquesina. El mundo mediático hoy en día es propietario de todo lo que se puede hacer en la convivencia compartida. Desdeñar la cultura, a partir de una semilla que se le escuchó por ahí a uno de estos grandes marxistas, “leer es un acto de burgueses”, creo que la propia frase ofende.

Pero lo más importante es que nos despedimos de un jefe del Ejecutivo Federal con más de 62.000 mentiras, algo así como 90 falsedades por día. Dicho estadísticamente, en este episodio de las mañaneras de Tenochtitlan que, desde la alborada de este Palacio Nacional surcaron todas las frecuencias de radio y televisión de nuestro país.

A partir del día primero entraremos en una nueva etapa, la opción es ciudadana. Ojalá que las y los ciudadanos estemos a la altura de defender la dignidad de este pueblo generoso que es México.

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