México es el verdadero muro
La tragedia acontecida en Ciudad Juárez a principios de esta semana no es más que el reflejo de la fallida estrategia en materia migratoria del actual gobierno federal; sin embargo sería irresponsable el decir que el calvario por lo que atraviesan los migrantes al cruzar nuestro país es consecuencia de la administración iniciada en 2018. Aunque sí que es importante hacer hincapié en el hecho de que el desafío se ha agravado.
Este no es el espacio para hacer una explicación a fondo sobre el fenómeno migratorio o sus causas, ya que tomaría demasiado tiempo, principalmente por tratarse de una materia difícil por ser una situación multifactorial. Más lo que si debemos tener en cuenta es que la migración es algo propio del ser humano, independientemente de los motivos que la detonan, ya que la historia de la humanidad está íntimamente relacionada con ella.
La muerte de migrantes es sin lugar a dudas una desgracia lamentable que pone en evidencia la cantidad de malas decisiones que el gobierno de México ha tomado a lo largo de los años. Se trata de una situación que pone sobre la mesa una cantidad de preguntas, aun sin respuesta, que dan pie a un sinfín de especulaciones y de teorías infundadas, que en la práctica para nada ayudan a dar una solución, mucho menos para que se haga justicia.
Por ello quisiera insistir en que este problema no es nuevo, pero que en efecto ha escalado. Y es que quizás valdría la pena volver en el tiempo y recordar uno de los factores principales que han provocado que nuestro país se haya convertido en un infierno para los migrantes que intentan llegar a los EE.UU. cruzando nuestro territorio nacional. Estoy hablando de que México lleva años siendo el patio trasero de nuestros vecinos del Norte, donde muchas veces por obligación, hemos estado haciendo el trabajo sucio, algo a lo que le llaman el ser un tercer país seguro.
Y es que tal parece que el sueño del muro del expresidente Donald Trump se ha convertido en realidad y eso que no hizo falta que fuera construido materialmente hablando. Los índices de inseguridad y la falta de organización de las instancias gubernamentales, ya sea directa o indirectamente, han provocado que el sueño de miles de migrantes de encontrar una mejor vida se haga trizas, por el simple hecho de que en su trayecto incluya pasar por México.
Quizás hemos olvidado que durante décadas millones de mexicanos también han tenido que migrar, por lo que lo mínimo que podríamos hacer en honor a todos esos paisanos, es garantizar las condiciones mínimas de humanidad requeridas y México sea visto como un refugio seguro en vez del mismísimo inferno que es actualmente.
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