México sobre hielo

Hace ya nueve años, el escritor español Antonio Muñoz Molina, emitió un texto al que tituló Todo lo que era sólido, en este texto, Muñoz Molina, nos invita a pensar en aquel pasado que acaba de transcurrir, hace solamente unos pocos años, y que en algún momento cruzamos, sin advertirlo, la frontera hasta este tiempo de ahora y cuando nos dimos cuenta que hicimos mirar atrás para comprobar en qué punto había sucedido el tránsito, nos pareció asombroso habernos alejado tanto.

Creíamos vivir en un país próspero y en un mundo estable, imaginábamos que el futuro se parecería al presente, y que las cosas seguirían mejorando de manera gradual, por si acaso, progresarían algo más despacio, pero necesitábamos imaginar que las cosas eran sólidas y podían ser tocadas y abarcadas sin desaparecer entre las manos y que pisábamos la tierra firme y no una superficie más delgada de una lámina de hielo.

El suelo no iba a desaparecer debajo de nuestros pies, ni siquiera, hemos sido capaces de encontrar el grado mínimo de concordancia necesario para honrar a las víctimas de la violencia en México, para dejar, al menos, sus muertes y el dolor de los suyos, al margen de la sucia pelea política, insultos que en épocas menos broncas que decían en privado, ahora regresan al vocabulario cotidiano de la diatriba política.

Todas las corrientes políticas han caído en este juego perverso del insulto y la denotación al contrario, este mundo sólido que anticipábamos permanecería estable por muchos años, se ha venido haciendo líquido en nuestras manos, se ha venido desbaratando, así lo señalan varios indicadores internacionales, aunque sabemos que la administración actual tiene datos distintos o tiene otros datos, pero, por ejemplo, el índice de democracia de The Economist, el Índice de Desarrollo Democrático, el Índice de Corrupción, el Índice de Transparencia Internacional, el Índice de World Justice Project, el propio Índice de Bienestar de las Naciones Unidas e incluso, el bienestar subjetivo que mide el INEGI, como la pobreza laboral, todos son datos que indican que México está perdiendo esa solidez y está entrando en este estado líquido que pone en riesgo el futuro del país, en términos de democracia vimos antier, un escenario que pocos imaginaban ante el anticipado rechazo de la mayoría calificada de la reforma electoral propuesta por el presidente López Obrador, el partido Morena, el gobierno y sus aliados, presentaron inmediatamente, sin haber discutido, una reforma electoral que toca seis leyes y 400 artículos, esperamos que el Senado tenga la capacidad suficiente para reflexionar la conveniencia de estas reformas.

¿Qué podemos anticipar en las mismas? Bueno, aunque no ha habido suficiente tiempo para analizarla, si se observa claramente que es una reforma que atiende a proteger a los partidos políticos que pierden sus reconocimientos en los gobiernos locales, esta pérdida de registro en el gobierno local, que era supeditada ahora a que se pierda en otros estados de la República, es decir, aunque no se alcance el 3% de los votos, el partido mantendrá su registro y sobre todo su financiamiento público, a pesar de no haber alcanzado una minoría necesaria en la votación que obtiene en una determinada entidad federativa. También, sustraen facultades al INE para poder dejar sin efectos las candidaturas de aquellas personas que hayan sido reconocidas, como actos irregulares, por haber anticipado sus campañas, es decir, no podrá el INE desconocer las candidaturas de aquellas personas que hayan anticipado los actos de campaña. Con ello, como dicen algunos medios el día de hoy, pues está perdonando al delincuente electoral.

En fin, yo sé que a la mayor parte de la ciudadanía, poca identificación tenemos con las diferentes normas de carácter electoral, pero no debemos perder de vista que, en la calidad de nuestra democracia, se deposita justamente en esa letra pequeña que contienen las diferentes reglas jurídicas que regulan los procesos procedimientos y responsabilidades de fiscalización de los partidos políticos y de la democracia.

Tenemos un grave problema por delante, ese mundo sólido empieza a volverse líquido, y si no fuera por algunos temas como estas remesas internacionales que recibe México, quizá nuestras condiciones sociales serían mucho más graves que las ahora ya apuntan con gravedad muchos índices nacionales e internacionales.

Los mexicanos tenemos en las manos el futuro de México, tenemos que preocuparnos por los temas que son electorales para México, todos los temas que van identificando el posible desarrollo económico, el bienestar social, en los programas de bienestar, las mismas condiciones políticas que se van dando, la situación de los homicidios, la situación de la violencia, tenemos que ser capaces de poder analizar estos temas para tomar las decisiones que más nos convenga.

Estamos próximos ya en el 2023, aunque se ha anticipado mucho por decisión del propio López Obrador de entrar al proceso electoral, y será el momento en que los mexicanos deberemos tomar responsablemente las decisiones que piensen en el futuro de México.

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión

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Jorge Manuel Aguirre
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Jorge Manuel Aguirre, Opinión, Aguascalientes

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