México y la reforma judicial
Ante los acontecimientos políticos actuales, claros y contundentes, como es el triunfo de Morena y sus aliados, las fuerzas ciudadanas de la marea rosa, los trabajadores del Poder Judicial en la lucha por su dignidad laboral, las marchas estudiantiles en todo el país, las voces internacionales que coinciden en decir que México cometería un error con el contenido de la reforma judicial; estas protestas han enfurecido al jefe del Ejecutivo Federal, su judicatura se ha crecido por la cual basurea a todas y a todos los que no coinciden con un ápice de su agenda política.
Coincidir no es una palabra de la que sepa significado y concepto el jefe del Ejecutivo Federal. En este mérito, podemos decir que vivimos una aguda crisis de representación. Por un lado los partidos políticos abdicaron de ser entidades de interés público y, además, a ser maquinarias electorales, ignoraron a los electores desde cada una de las secciones electorales que es la célula básica de la organización electoral; lo dejaron todo a la imagen mediática de su personalidad. Por otro lado, los gobernantes violaron su juramento constitucional de respetar la democracia, la República, la decisión ciudadana.
El ambiente está así por una razón simple: se violó la regla de transparencia política en nombre de la seguridad nacional. Esta es una expresión que no ha encontrado significado. La política como transparencia es un ejercicio de poder, es la dominación de unos sobre otros; democracia no es la ausencia de conflicto, es la posibilidad de que aquellos que no están satisfechos con los términos en que se da la dominación llamada Estado de Derecho, pueden levantar la voz y ahí radica la importancia democrática de tener voz. Lo que está en juego cuando se piensa lo político: el disenso, el antagonismo. No como una lucha final de unanimidad feliz.
Las minorías políticas tienen y deben hablar desde la partitura del “nosotros”. Deberán seguir hablando, aunque no quieran escucharlos. Este es el conflicto y el disenso. Así se realiza lo político. El conflicto como centro de la teoría política son las acciones ciudadanas, es el alma cívica. Esto le está dando a México un nuevo significado a la política; como decía mi abuela, doña Severa Escalante, no hay mal que por bien no venga.
Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión