MIAA. Probabilidad, esperanza y resultados
Hace apenas unas horas la administración en el servicio de agua potable del municipio de Aguascalientes cambió el modelo de atención.
La nueva modalidad transita muy pronto entre dos aguas, es decir, entre la probabilidad de mantener vigentes los problemas que Veolia dejó y la esperanza de que al menos obtenga los mismos resultados de la eficacia lograda por la empresa francesa, además de superar los vacíos provocados las reducidas inversiones en nueva infraestructura, altos costos en las tarifas y la poca atención a las quejas por mal servicio.
El modelo hibrido de gestión municipal con nuevos socios privados tendrá que enfrentar el problema de convertir a los gerentes del modelo anterior, en funcionarios públicos que pueden carecer de perfiles técnicos adecuados. La importancia del cambio tiene un valor estratégico porque se trata de administrar un servicio vital para la ciudadanía.
Es por esa razón que la opinión y la crítica desde la sociedad civil deben estar alertas. Pero también es tiempo de oportunidades para hacer bien las cosas, es por ello que sugiero que dejemos trabajar a MIAA y que valoremos, en un tiempo razonable y de forma seria, si el cambio ha dado buenos frutos, o si ha empeorado. Sin duda hay razones para estar pesimistas, pero aun así la tolerancia es imprescindible, al menos hasta que sean superados los problemas de arranque de la nueva experiencia.
Una prueba de que las cosas van bien, se revelará si existen datos de atención a los usuarios con porcentajes semejantes al pasado inmediato, se notará si el nuevo modelo reduce la dimensión político partidista del servicio, y si incrementa al máximo la intervención de expertos en la toma de decisiones.
El destino de MIAA depende entonces de la eficacia gubernamental, de evaluaciones permanentes y de una sociedad atenta a moderar los malos resultados.
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