Morderse la lengua
Darío Villanueva Prieto es un filólogo español que fue rector de la Universidad de Santiago de Compostela y, en su momento, presidente de la Real Academia Española de la Lengua, que editó en el 2021 un libro que se llama Morderse la lengua, corrección política y posverdad; en dicho texto, el doctor Villanueva nos refiere que nuestra globalizada sociedad de la información, que ha instalado la desinformación de la mano de dos fenómenos sintomáticos de nuestro tiempo, la corrección política y la posverdad, manifestaciones de lo que queda de la racionalidad y la estupidez, ambas impiden y pervierten el discurso de políticos que va dirigido a medios de comunicación, redes sociales y sociedad en general, afectando las relaciones personales y profesionales, e incluso dañando severamente en los términos de la comunicación política correcta que debiera haber en un determinado estado.
En nuestro idioma, señala el doctor Villanueva, "morderse la lengua" significa contener el hablar callando con alguna violencia lo que se quisiera decir, es decir, implica un freno a lo que se quiere decir; lo mismo también se puede expresar con la frase de la lengua que, por ejemplo, en Cuba significa sujetarse o tragarse la lengua. Nos lo señala el doctor Villanueva, tal autocontrol es difícil para los que tienen la lengua larga o muy larga, son ligeros de lengua, o simplemente que tienen mucha lengua; les da mucho a la lengua o, digamos, echan sin causa la lengua al aire e incurren en el vicio de irse de la lengua, de dejar que sus expresiones se les escape de la lengua.
Como consecuencia, no es imposible que tales lenguarajes tengan, en algún momento, señala el doctor, que meterse la lengua en algún lado, para poder finalmente morderse la lengua. Lo anterior viene a colación porque la expresión vulgar del presidente al dirigirse a una institución que debería ser ampliamente respetada por todos los mexicanos, como la UNAM, que es representada a través de su rector, el presidente de la República decía, y lo ha vuelto a repetir esta semana, que lo que dijo en su momento el rector era puro choro mareador, y yo me pregunto: ¿no se ha mordido la lengua López Obrador? porque lo que nos echa en las mañanas es justamente eso: puro choro mareador.
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