Negar el pasado es negar el presente
Hace un par de días me encontré con un calendario de papel, un artículo que silenciosamente admite su pertenencia al pasado, más lo que llamó mi atención no fue el calendario en sí mismo, sino la efemérides que en ocasiones reemplazan al santoral del día. Y si, el calendario es del año en curso, el 2023, y estaba en la página del mes de octubre. Al poner atención al recuadro que representa al 12 de octubre no pude esconder mi asombro, la leyenda simple, pero con mucho significado: 531 aniversario del encuentro de dos mundos.
El jueves de la próxima semana será el doceavo día del mes de octubre, fecha con un significado inmenso para el mundo occidental; se trata de la conmemoración histórica de la llegada de Colón y su tripulación a un continente desconocido para ellos. Las celebraciones de esta fecha llevan muchos nombres: Día de la Hispanidad, Día de la Raza, Día del Descubrimiento de América y últimamente gracias a las tendencias de corrección política a las que parece que estamos obligados a aceptar y vivir, también el 12 de octubre ya es conocido como Día de la Resistencia Indígena o Día del Respeto a la Diversidad Cultural.
La crítica no es a la corrección política, eso ya lo he hecho en otras ocasiones, aquí el punto es que pretendo invitar a la reflexión, pues hemos faltado el respeto al pasado intentando interpretarlo bajo la óptica contemporánea; y eso no solo es peligroso, sino irresponsable, pues la historia, aunque tiene muchos usos, creo yo que su principal función es establecer los hechos del pasado, con el fin de conocerlos, comprenderlos y en su caso, evitar repetirlos. Recordando aquella frase: el que se olvida de su historia está condenado a repetirla.
La cultura de cada época del desarrollo de la humanidad atiende directamente a las circunstancias de tiempo, modo y lugar. Esto quiere decir que la cultura evoluciona y se adapta a las necesidades de cada comento, en otras palabras, la manera en que como humanidad nos adaptamos a nuestra realidad, también nos permite entender aquello que nos rodea y por supuesto aquello que le da respuesta a las siempre presentes “grandes preguntas”.
Precisamente por ello al estudiar los hechos del pasado, no solo debemos verlos como hechos cronológicamente organizados, debemos adentrarnos en el pensamiento de la época, no en un afán de justificar errores del pasado, sino para entender el cómo y el porqué. Pues solo de esta manera podemos lograr un entendimiento global de los hechos pretéritos y no caer en la tentación de querer cancelar al pasado por el simple de hecho de no ir de acuerdo con los estándares morales de la actualidad.
Finalmente quisiera agregar a esta reflexión un pequeño apunte sobre este encuentro de dos mundos, pues nos pueda gustar o no, ya que finalmente el pasado no es modificable, se trata del hecho fundacional de una nueva cultura y de una nueva realidad histórica, de la que provenimos todos y cada uno de los nacidos los últimos 531 años en estas tierras americanas. Negar nuestro origen, es negarnos a nosotros mismos.
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