Niñas y tecnología
El 27 de abril es el Día Internacional de las Niñas en las TIC. La idea de la International Telecommunications Union es que este día sirva para inspirar a las niñas para estudiar carreras STEM, es decir, de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Como sabemos, se suele asumir que esas son áreas de hombres, así que son campos que requieren esfuerzos para emparejar el terreno.
Este año, el Día Internacional de las Niñas en las TIC se dedica a las habilidades digitales para la vida. Más allá de las carreras, es claro que una de las áreas en las que las mujeres vivimos las desigualdades es la tecnología. Veámoslo en dos líneas, el acceso y la participación.
El acceso, lo sabemos, ha sido siempre desigual. Hace más de 20 años se empezó a hablar de brecha digital. Algunos organismos internacionales, como la OCDE, la definían en aquel tiempo como la separación entre aquellos que tienen acceso a la tecnología y aquellos que no lo tienen. A lo largo de este tiempo, las aportaciones de las y los investigadores y activistas han permitido ver que estas brechas en el acceso, uso y apropiación de las tecnologías digitales tienen diferentes dimensiones. La brecha de género es una de ellas.
De acuerdo con datos de la International Telecommunications Union, a nivel mundial, tienen acceso a internet el 62% de los hombres, pero sólo el 57% de las mujeres. Esto se agudiza en algunos países. Por ejemplo, en Argelia, donde tienen acceso el 55.1% de los hombres y el 42.9% de las mujeres; Irak, con el 53.1% de los hombres y 35.0% de las mujeres; o Nigeria, con el 16.0% de los hombres y 5.3% de las mujeres. También hay algunos países latinoamericanos, como Bolivia, con el 68.3% de los hombres y 63.7% de las mujeres; El Salvador, con el 57.2% de los hombres y 52.4% de las mujeres, o Guatemala, con el 53.4% de los hombres y el 48.6% de las mujeres. Sin embargo, ocurre también en países con niveles más altos de desarrollo, como Japón, donde tienen acceso el 86.3% de los hombres y el 79.8% de las mujeres.
Si traducimos esto en oportunidades educativas, laborales, culturales, políticas, de convivencia y de entretenimiento, vemos que no hay un piso parejo. Veamos ahora la participación. Hace un par de años, en Llorente y Cuenca hicieron un estudio acerca de la conversación en Twitter sobre asuntos de mujeres en el período 2020-2021. Haciendo un seguimiento de tuits, encontraron picos en la conversación, tales como 9M— recordemos que, en 2020, se convocó a un paro nacional de mujeres el 9M—, también hubo picos en el Día Mundial por la Despenalización del Aborto y Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres. Sin embargo, al desglosar los datos de las y los participantes en la conversación, encontraron que en esta había 61.7% hombres y 38.2% mujeres. En otras palabras, los asuntos de mujeres estaban siendo discutidos principalmente por hombres.
Cuando, además, se enfocaron en ver las voces más influyentes, tomando en cuenta seguidores, alcance y otros indicadores, encontraron que había políticos, como Alfredo del Mazo; comunicadores, como Denise Dresser y Chumel Torres; medios, como El Universal y Pájaro Político; así como colectivas feministas, como Las Brujas del Mar, que es justamente la colectiva veracruzana que convocó al paro nacional el 9M, “el 9 ninguna se mueve”.
Si a esto sumamos que hay sesgos de género en los algoritmos y la inteligencia artificial, vemos un escenario donde tenemos muchas asignaturas pendientes. De ahí que sea tan relevante que las mujeres estemos mejor representadas en los campos STEM.
Son necesarias más acciones afirmativas y que estas sean mejor enfocadas, a partir de la articulación de esfuerzos de distintos actores.
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