"No oigo, no oigo"

El Presidente de la República nos tiene acostumbrados a hacer el fiel de la balanza; él nos dice lo que es corrupción, él nos dice lo que es injusticia, él nos dice lo que es estado de derecho, él nos dice lo que es cumplir con la Constitución y él nos dice quiénes son los que están con el movimiento y quiénes son los adversarios.

Ayer le sucedió un evento, que podríamos calificar de bochornoso, ante la petición de diversos medios de comunicación, de pronunciar algunas palabras en torno a la desaparición de los cinco muchachos y su posible de homicidio en Lagos de Moreno. El presidente contó un chiste, por eso digo que sería un espectáculo bochornoso, ahora el presidente dice “yo no oí, yo no oí, por eso pondré un chiste. Yo no soy insensible”, claro, él nos podrá decir cuándo es sensible y cuándo es insensible, lo que parece ser de acuerdo a los medios el día de ayer, el presidente se comportó de una manera sumamente insensible e indigna de un jefe de Estado. Y bastará ver ahora si esta disculpa que ofrece de que “no oyó” es suficiente para la población y él nos dice es que “yo no soy y nunca hemos sido iguales a los demás” y, ¿a qué se refiere? Pues nos hizo recordar aquella frase que se atribuye a Salinas de Gortari, desde el sentido de que ni veía ni oía lo que estaba sucediendo, pues el Presidente de la República tampoco ve ni oye lo que está sucediendo, porque cuando no le conviene no se refiere a los temas delicados que están ocurriendo en un momento dado en el país. Efectivamente, no son iguales, pues han resultado bastante más corruptos y bastante más ineficientes en la administración pública que los gobiernos del pasado y si no, pues basta la prueba que ellos mismos están ofreciendo para ver esa corrupción y esa ineficiencia.

Ayer Marcelo Ebrard acusa a Claudia Sheinbaum, al gobierno federal, a los gobiernos estatales de Morena y a los gobiernos municipales de Morena de delitos de corrupción, como es el desvío de recursos para favorecer la campaña de Claudia Sheinbaum o la utilización de personal para que presione a los que reciben los beneficios sociales de las transferencias económicas para que se pronuncien en favor de Claudia Sheinbaum. Esa es una denuncia que hace Marcelo Ebrard, no la están haciendo ni los enemigos políticos ni los conservadores ni aquellos que tenían privilegios y poderes que ahora se ven afectados según el dicho de López Obrador. Tampoco ha dicho nada el presidente, como ayer no se dijo nada sobre el error de no haber escuchado las peticiones a la realidad frente a lo que todo mundo vio que era que se le preguntaba sobre la situación en Lagos de Moreno y el mandatario prefirió contar ese chiste.

Creo que quedará en su conciencia en saber que escuchó o no escuchó y desde luego, utilizarán el púlpito presidencial para tratar de convencernos de que él es una víctima de un complot de los medios conservadores para decir que sí escuchó.

Y, por otro lado, tienen en sus manos la oportunidad de mostrar si verdaderamente está en contra de la corrupción y combatir aquellos desvíos y recursos materiales, humanos y financieros en favor de Claudia Sheinbaum, provenientes del gobierno federal, de los gobiernos estatales o municipales, porque en todos los casos constituyen delitos que perjudican el patrimonio de los diferentes niveles de gobierno en México.

Ojalá nos puedan demostrar que no son iguales, nos puedan demostrar que sí oyen y que sí escuchan, aunque la realidad parece ser sumamente pesada y yo estoy convencido de que si oye y si escucha y solamente comunica lo que le conviene.

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