Nuestros impuestos por los de Pemex
Como si fuera ya una cosa de la vida cotidiana, una buena parte de los mexicanos pagamos todos los días numerosos impuestos: el impuesto sobre la renta, el IVA, el predial, el impuesto especial sobre productos y servicios, el de nómina, el de juegos y sorteos, el de adquisición de bienes inmuebles, el impuesto sobre automóviles nuevos, la tenencia, el impuesto sobre diversiones y espectáculos, y así sucesivamente, pero hay algunos privilegiados que tienen un tratamiento distinto y más benigno.
Resulta que el gobierno federal, el gobierno de MORENA, acaba de anunciar que le va a perdonar a Pemex el pago de impuestos por casi 87 mil millones de pesos, porque la empresa está técnicamente quebrada, es decir, hoy Pemex es la petrolera más endeudada del mundo, debe 106 mil millones de dólares, razón por la cual, el gobierno de MORENA le dará este año 11 mil millones de dólares para pagar a proveedores y contratistas a los que les debe obras y servicios, y además le va a condonar los impuestos que ya mencioné, es decir, peor imposible.
Pero vayamos por partes, el primer problema es que las empresas públicas, trátese de empresas o de organismos, todas sin excepción, son un ejemplo ineficiencia, mal servicio y corrupción, entre otras cosas, porque de públicas no tienen más que el nombre, son en realidad empresas controladas por sindicatos y burocracias devoradoras y extractivas, pero no por los consumidores, que somos todos los demás.
El segundo problema grave es que todo ese dinero que se irá a Pemex, literalmente a un barril sin fondo, tendrá que ser sacrificado, porque entonces no habrá dinero ni para salud, ni educación, ni para seguridad, ni para agua, ni para más dinero a los estados y municipios, ni para las pensiones, porque todos irá a Pemex y a otras como la CFE, es decir, en lugar de abrir más el mercado a la competencia, y que todos tengamos más opciones de compra para que el gobierno se dedique a lo suyo, aquí vamos exactamente en el camino contrario.
Esto quiere decir que como no hay más dinero para repartir, el gobierno requerirá contratar más y más deuda para pagar los dos aeropuertos actualmente en funcionamiento, una refinería cuyo presupuesto inicial estaba previsto en 8 mil millones de dólares y terminará costando más de 20 mil, o el Tren Maya que de 150 mil millones de pesos originalmente previstos, costará 500 mil millones de pesos.
Esto sencillamente no es normal, sino más bien la prueba clara fehaciente de la incompetencia de este gobierno, y este es la herencia pura y dura que nos dejarán y este es el programa que ofrecen; seguir exactamente por el mismo camino, es algo, por supuesto, que no podemos permitir.
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