Nueva pandemia
La pandemia de influenza de 2009 fue una advertencia para que los países del mundo se prepararan a fin de atender la salud pública en una eventualidad mayor como la que pasó con el Covid-19 hace cinco años. Sin embargo, los sectores de salud de las diversas naciones colapsaron momentáneamente al verse rebasados por el nuevo coronavirus de hace casi un lustro.
Ahora, ese coronavirus que se convirtió en pandemia global sirve de estándar y de referencia para que los sistemas de salud prevean, controlen, y atiendan los brotes epidémicos de las distintas enfermedades, virus, bacterias, y mutaciones, que nos irán afectando en el presente y en el futuro inmediato.
China, por ejemplo, padece actualmente brotes epidémicos del virus HMPV -el metapneumovirus humano- que produce padecimientos respiratorios y que, en infecciones graves, puede provocar neumonía, asma, o EPOC; y que ataca principalmente a las infancias, a adultos mayores, y a personas inmunodeprimidas.
Ante estos brotes, China ha establecido rigurosos controles sanitarios, y presumiblemente los sistemas de salud en Europa -luego de la experiencia del Covid-19- también se encuentran preparados en mayor o menor medida. Sin embargo, México sigue con un sistema de salud endeble, poco preparado, con personal insuficiente y recurrente desabasto de medicamentos.
¿Cómo reaccionarían los países ante una nueva pandemia? La experiencia que vivimos entre 2019 y 2021 nos dice que la economía, la salud, el empleo, la educación, y -en general- la vida comunitaria, serían afectadas, dejando a las infancias como las más graves damnificadas en caso de nuevos confinamientos y restricciones sanitarias.
Peor aún, también saldrá damnificado el pensamiento crítico en las sociedades. Una de las graves consecuencias luego del Covid-19 fue la ola de desinformación, el imperio de la post verdad, la propagación de la conspiranoia, y la pésima toma de decisiones colectivas a partir de estas taras intelectuales, que luego redundaron en ámbitos más allá del específico de la salud, implicando incluso las decisiones políticas de las comunidades.
Al final, parece que hemos aprendido poco de las experiencias.
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