Paridad en el campo de juego
Los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024 han marcado un hito por cerrar la brecha de género, casi por completo, en el campo de juego.
De acuerdo con información del Comité Olímpico Internacional citada por CNN, 5,630 hombres y 5,416 mujeres compiten en el evento multideportivo con sede en la capital francesa, una diferencia significativamente menor desde la admisión del género femenino a las olimpiadas en el año 1900, con apenas el 2.2 de las personas atletas quienes, por cierto, contendieron en un puñado de disciplinas consideradas aptas para ellas hasta 2012.
Para nivelar la participación hicieron falta medidas como la incorporación de 152 categorías, femeninas, 157 masculinas y 20 mixtas; además, se programaron las contiendas de mujeres en horarios de máxima audiencia, entre ellas, el maratón olímpico femenino.
A pesar de responder a una deuda histórica, la paridad de género en el deporte, como en todo ámbito, no ha estado exenta de controversia ya que no faltan voces que reclaman una inclusión forzada, alegando que el impulso a mujeres priva a los varones de la oportunidad de ser seleccionados, perpetuando la noción de que un género tiene más cualidades que otro por razones meramente biológicas. Como si haber accedido a estos espacios se tratara de una concesión para la siete veces campeona en natación, Katye Ledecky; la sudcoreana Lim Sihyedon quien rompió el récord en tiro con arco; la joven promesa del patinaje, Arisa Trew; o para la gimnasta Simone Biels quien tiene un salto con su nombre
Me recuerda un poco a la reacción hacia el principio de paridad de género en el materia político-electoral en México, donde diez años después de su reconocimiento continúa criticándose el que se reparta a mujeres cuando menos la mitad de los nombramientos en candidaturas, dirigencias partidistas y cargos públicos con el pretexto de sus méritos, aunque en esta ocasión ese no es el tema.
Como en la política, la paridad de hombres y mujeres en el deporte me parece un paso importante, aunque no se debe perder de vista que por sí misma no es suficiente para acabar con las desigualdades. La falta de patrocinios, los uniformes sexualizantes que conservan algunas disciplinas, la su representación de mujeres en los liderazgos, son algunas de las políticas pendientes para alcanzar una auténtica cancha pareja.
Referencias
https://cnnespanol.cnn.com/2024/07/26/juegos-olimpicos-paridad-de-genero-desigualdad-historica-persiste-trax/amp/