Perspectiva. Defender al INE es una oportunidad
El acoso de Morena al INE es una amenaza contra la democracia. Lo sabemos quienes sufrimos durante décadas la intervención del gobierno priísta en las urnas. A estas alturas del sexenio lo último que nos falta es que cambien al árbitro electoral autónomo e independiente por uno vendido y corrupto.
El único partido que se niega a participar en las mesas de trabajo para la discusión de la pretendida reforma es Movimiento Ciudadano. PAN-PRI-PRD le van a hacer compañía a Morena en esa iniciativa tan sólo con su presencia en el debate. Cierto que sería un suicidio del PRI negociar como lo hizo con la militarización de la Guardia Nacional, pero qué se puede esperar de Alito Moreno.
Para los aspirantes de la oposición es la oportunidad soñada de liderar una protesta nacional en defensa del INE, la institución de mayor credibilidad y prestigio. Podrían comenzar a hacerlo en las calles, en las redes sociales, en todos los medios de comunicación. Quien mejor lo haga tendría un paso adelante del pelotón. Enrique de la Madrid podría mostrar la pasión interna que lleva para conectar con las clases medias de todo el país. Lilly Téllez con su discurso encendido es implacable. También puede dar la pelea.
Es la oportunidad de que Felipe Calderón retome la palabra y defienda postura y dignidad después de los golpes que le propinan un día sí y otro también el presidente López Obrador y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López.
Porque el INE somos todos y ahí debe toparse con pared cualquier gobierno que quiera desmembrarlo, que quiera destruirlo por resentimiento o simple conveniencia. Su defensa es la causa más noble y popular de todas las que pueda encontrar la oposición. Millones hemos participado en su construcción y mantenimiento, no sólo con el presupuesto que tiene, sino con la participación gratuita y desinteresada de quienes festejamos la democracia colaborando en las casillas.
Aquí veremos el tamaño de los precandidatos de oposición porque pueden generar una presión sobre sus legisladores para que no vendan su voto. Lo mejor sería que uno de ellos los uniera, que tuviera el poder de convocatoria para llevar a las calles a todos los partidos y a todos quienes sienten el peligro de un proyecto hegemónico y autoritario.
Se necesitan agallas y una pasión desbordante; se necesita la narrativa correcta de lo que significó el fraude electoral en México. Ahí está Bartlett, artífice del mayor fraude de nuestra historia, el malvado perfecto para esa presentación de evidencias de lo que sería un INE administrado desde Gobernación. También se tiene la propia fortaleza de la institución, ejemplo mundial de imparcialidad.
Es una llave de Judo: utilizar la fuerza de Morena para llenar todo el espacio mediático (y las calles) con argumentos, discursos y la repetición ad infinitum de lo que sería un árbitro electoral atrapado por un gobierno y un partido. ¿Quién alzará la voz con la potencia necesaria para ser escuchado?
Tarea enorme de concientización. Saque su credencial del INE, véala, es su identidad personal, el instrumento para todo trámite, para toda fe notarial e incluso para obtener, desde un documento oficial hasta una tarjeta de crédito. Que no nos quiten al INE, que nadie esté por encima de nuestra democracia. Al INE se le respeta, al INE se le apoya, al INE no lo pueden vender los diputados y senadores. Hay una infinidad de slogans, frases, cánticos y hasta memes para sensibilizar al electorado.
Llegó la campaña electoral del 2024, este es el evento de arranque.
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