Perspectiva. El INE somos nosotros

El movimiento cívico que alienta la marcha en defensa del Instituto Nacional Electoral es impecable. No tiene partido ni color; no es de izquierda o derecha.

Es la congregación de millones de personas que quieren expresar sus valores e ideas. Esos valores provienen de la participación en los comicios. No es que sepamos del INE, vivimos el INE, somos el INE desde la alternancia del 2000.

Por eso la marcha será una manifestación plural donde participarán miembros de partidos, ciudadanos independientes y todos quienes temen un retroceso letal para nuestra democracia. El discurso central lo dará el primer presidente del IFE, José Woldenberg, un hombre con una trayectoria intachable. Un intelectual liberal con antecedentes en lo mejor de la izquierda mexicana. Es maestro y doctor en Ciencias Políticas de la UNAM y tiene, como pocos, el conocimiento profundo de la gesta democrática del país. Fue sindicalista del STUNAM, miembro del Partido Socialista Unificado de México, del Partido Mexicano Socialista y del Partido de la Revolución Democrática. Todos de izquierda liberal. Su trayectoria nada tiene que ver con el conservadurismo ni con los hipócritas ni con los fifís o los rateros corruptos del pasado o del presente.

Las 51 organizaciones cívicas que están detrás de la iniciativa “El INE no se toca”, tuvieron buen tino en delegarle la responsabilidad a Woldenberg de hablar por todos. El electorado no es tonto y sabe que la alta preparación académica no quiere decir que sea ajeno al pueblo. También sabe la inmensa mayoría de los  mexicanos que el conocimiento es el mejor instrumento para la movilidad social.

Ser intelectual, académico o científico significa una aspiración legítima de quienes desean comprender la realidad, encontrar la verdad y trascender en la vida.

Nadie debe sentirse amenazado por participar en la vida cívica desde cualquier ámbito legal y legítimo. ¿Cómo denostar a base de insultos a quienes desean preservar la autonomía del INE?, ¿las marchas, mítines y manifestaciones son privilegio único de los afiliados a Morena?

La manifestación puede tener una gran envergadura porque pueden ir todos. No importa si son azules, tricolores, amarillos o naranjas. No importa si son verdaderamente conservadores, feministas de Provida o del derecho a decidir; no importa edad, orientación sexual o credo religioso. Tampoco deben de excluirse los trabajadores y funcionarios del  Gobierno. El INE somos todos, incluso aquellos que hoy lo denuncian pese a que llegaron al poder a través del árbitro imparcial que hoy quieren destruir.

En pocas actividades podemos los periodistas participar públicamente porque hay una tradición de no tomar partido en público, de guardarnos nuestras preferencias políticas y creencias espirituales. En esta marcha cabemos todos porque la lucha no es por una ideología, es por la sustancia misma de la democracia que nos permite la libertad de pensamiento y de expresión por la que hemos luchado siempre.

Pocas instituciones pueden unirnos a todos como el INE, que ha sido uno de los logros transexenales desde 1997. Si hemos pagado un precio alto en su operación, se debe a que necesitábamos una organización robusta, impecable y a prueba de todo. Cualquier exceso en normas, gastos y burocracia no tiene la menor importancia frente a la tarea de garantizar la validez del voto y la protección de nuestra identidad a través de una credencial de elector confiable y segura.

No podemos perder al INE, bajo ninguna circunstancia.

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión

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Enrique Gómez Orozco
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Enrique Gómez Orozco, Opinión, Aguascalientes

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El INE somos nosotros

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