Perspectiva. Imaginar el cambio en Guanajuato
¿Se imagina un México distinto o un Guanajuato renovado? Si, algo que cumpliera todas las propuestas olvidadas por gobiernos desde hace varios sexenios, por no decir desde siempre. Vivir con crecimiento vigoroso de la economía, seguridad pública de país desarrollado, sin corrupción y trabas burocráticas. ¿Qué tal la renovación de las instituciones comenzando por las de educación pública, servicios de salud y la agilización de todo tipo de trámite para el ciudadano? Todo puede ser si primero lo concebimos y creemos posible.
El País va a cambiar, pase lo que pase; el problema será si no atendemos a la urgencia de lograrlo. Guanajuato también debe hacerlo. ¿Por dónde arrancar? Hay que desdoblar los proyectos, ponerlos sobre una gran mesa donde el talento de los más preparados sirva como guía para toda estrategia.
El planteamiento repetido hasta el cansancio por el gobierno de Morena: “Por el bien de todos, primero los pobres”, se debería cambiar a: “Por el bien de todos, eliminemos la pobreza''. Pero la pobreza ni siquiera se ha podido reducir con toda la ayuda directa del gobierno a personas mayores y a jóvenes estudiantes.
El país que más disminuyó la pobreza en Latinoamérica en las últimas décadas fue Chile. Lo hizo con un proyecto liberal de inversión y atención social. Del 40% la redujo al 10%. Con gobiernos de izquierda y de derecha siguieron el empuje por el crecimiento y la apertura económica.
En Guanajuato, el primer paso para cambiar debe ser el sentido de urgencia. Primero regresar la paz perdida antes de que termine el sexenio. Sabemos que es un reto monumental pero no imposible. No podemos permitir que se normalice la violencia. En ello va nuestro futuro.
El segundo es tener una estrategia de crecimiento vigorosa. Hay que recuperar ese 5% anual promedio del pasado. Para lograrlo no hay como preparar la cama a todas las inversiones posibles. Si Nuevo León logró atraer a Tesla, nuestro estado tiene la posibilidad de jalar más industria automotriz con tierra lista para ello; puede promover la agroindustria de alta tecnología y los servicios médicos para extranjeros, como ejemplo.
El gobierno puede y debe comprar reservas estratégicas de tierra (con la tierra nunca se pierde) anticipando futuras inversiones, vendiendo macrolotes, urbanizando para el futuro.
El mejor ejemplo es el Puerto Interior. El gobierno lo hizo y ha sido un éxito rotundo. Necesitamos 4 mil hectáreas más de parques industriales. Por lo menos.
A Guanajuato le hace falta poner más atención en la zona metropolitana de León porque es la ciudad con más pobres. León, Silao, Guanajuato, Romita, San Francisco, Purísima y Manuel Doblado pronto llegarán a una población conjunta de 2.5 millones de habitantes. Una fortaleza tremenda de más de 4 mil km2 de tierra con agua y un clima perfecto para producir intensivamente. Pero necesita un plan, un proyecto estratégico donde se construyan centros urbanos (compactos) cerca de las fábricas, de los centros de trabajo.
No sabemos lo que hacen en el Implan de León ni en el Iplaneg de Guanajuato. Pero si los juzgamos bíblicamente, sus frutos no brillarán. Buena parte de la pobreza proviene de una mala planeación urbana. Lo hemos comentado mucho: otras zonas metropolitanas nos han dejado atrás.
El gobernador Diego Sinhue Rodríguez pone mucho empeño en traer inversión y logra frutos, pero seguro necesita un equipo de soporte que le ayude desde varios puntos del orbe. Guanajuato, por lo que vemos, tiene que actuar como si fuera una nación independiente, hasta donde se pueda.
¡¡FELIZ NAVIDAD!! Que haya paz en sus hogares y en sus corazones.
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