Perspectiva. La apropiación de México

“La apropiación indebida es un delito en el cual una persona se apropia de forma ilícita de un bien o propiedad que le ha sido confiado, depositado o entregado por otra persona, con la responsabilidad de utilizarlo según condiciones o finalidades específicas, o bien, de devolverlo en un plazo determinado”.
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El llamado Plan C de Morena con 20 cambios a las Constitución es una regresión política de consecuencias insospechadas. Hace medio siglo el país tenía un propietario, era el PRI. Con la absoluta mayoría de diputados y senadores, el presidente Luis Echeverría gobernaba sin contrapesos. Era un emperador. No había oposición interna ni externa de importancia. El PC (Partido Comunista) estaba proscrito y la oposición de derecha era una caricatura.

El país era propiedad del llamado “Sistema”. Vivir fuera de él era vivir en el error. Los tres poderes eran dominados por el Ejecutivo. Había libertades económicas pero no democracia.

A Morena se le confió la democracia en las elecciones del 2018, se le otorgó el poder para preservar las normas bajo las cuales pudo llegar al gobierno. Hoy quiere apropiarse de todo: los tres poderes y la mayoría calificada y, en tres años, la mayoría absoluta en el Congreso y el Senado, eliminando los plurinominales.

Para atrás la representación proporcional; adiós a la independencia de los jueces; adiós a la autonomía del INE, el IFAI, la CNDH, el IFETEL, la Comisión de Competencia Económica, la CRE. Todo irá a la barriga del Gobierno federal. Una apropiación del país por un partido.

El pretexto es que obtuvo la mayoría de votos en la elección; el pretexto es una encuesta patito de fin de semana, el pretexto es que el “pueblo bueno” lo quiere así. Lo mismo decía el PRI cuando tenía a la mano todos los recursos del gobierno para controlar sindicatos, asociaciones intermedias, empresarios, maestros y burocracia.

Por fortuna México no es el país de entonces ni la circunstancia política es la misma donde el control total era posible bajo los tres brazos del partido: la CNOP, la CNC y la CTM. Un  despojo político de tal magnitud traerá consecuencias inimaginables. El PRI podía reprimir, desaparecer a guerrilleros o expulsar a funcionarios críticos. El método de operación era el reparto de prebendas a los grupos de poder, a lo que López Obrador llama la “mafia en el poder”.

Para apropiarse del país, el presidente y Morena falsearon sus promesas de campaña en 2018. El respeto a los Poderes de la Unión; el combate a la corrupción y a la impunidad; la no militarización de la seguridad; la austeridad republicana y el derecho de las minorías y la salud como en Dinamarca fueron puro cuento.

El verdadero rostro del autoritarismo, de la regresión, de la apropiación del país viene descubierto en el Plan C. Eso lo advierten intelectuales, académicos de la UNAM y todo ciudadano informado sobre lo que fue el pasado priista. La patria está en peligro.

Por eso la oposición se convierte en “Resistencia”, en un movimiento frontal en contra del mundo de antes donde la oposición, por fuerza, tenía un segundo lugar ciudadano, donde la alineación era el supremo valor. Quienes creemos que México no puede volver a ser propiedad de un partido, tenemos que luchar por la pluralidad y la democracia; por la libertad de no ser ciudadanos de segunda.

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