Perspectiva. A la búsqueda del método
Los ex gobernadores panistas piden a Marko Cortés, presidente de su partido, que el método de selección de candidato a la presidencia sea “abierto” y de la mano de la ciudadanía. Curioso: también el método sería bueno en Guanajuato.
La diferencia es el sentimiento de seguridad, de que Guanajuato les pertenece, que la votación está asegurada para el 2024 como lo estuvo en Coahuila con el triunfo del PRI. Quienes gritan ¡apertura, apertura!, en lo nacional lo hacen porque no hay otro camino para lograr la alternancia presidencial. Esa es la diferencia.
¿Qué tan segura tiene el PAN la continuidad en Guanajuato? ¿Depende de la candidata o del candidato? No lo sabemos a ciencia cierta. No conocemos si el rechazo a Morena en la entidad sea mayor al desgaste del PAN.
Envalentonados por el triunfo en el Estado de México, en Morena pondrán todo su esfuerzo en nuestra entidad. Su problema es contar con un candidato que pudiera convencer en campaña. El probable contendiente es Ricardo Sheffield, el más conocido pero igualmente controvertido. Tiene a su favor la presencia nacional desde la Procuraduría del Consumidor, pero tiene en su contra los dos últimos fracasos electorales, el primero contra Diego Sinhue, el segundo contra su ex colaboradora, la actual alcaldesa Alejandra Gutiérrez.
Otros aspirantes no son tan conocidos o su presencia se limita a regiones. Malú Micher se descartó y está más preocupada de Marcelo Ebrard que del destino de Guanajuato. Ernesto Prieto y Antares Vázquez son aspirantes pero no tienen aún cercanía con todos los municipios.
El PAN podría ganar sin problema si en Morena eligen a una candidata o un candidato débil o relativamente desconocido. El problema no es el próximo sexenio sino la cultura democrática ausente dentro de la institución. Es fácil mandar en el PAN desde la gubernatura cuando un buen porcentaje de sus miembros trabaja en la administración estatal o municipal. En eso el PAN heredó los métodos de control político que tenía el PRI.
Por más que Morena y el PAN quieren mostrarse como opciones democráticas distintas al PRI, a cada paso surgen las mismas costumbres, los mismos métodos para conservar el poder. En Morena festejan el fin del PRI en el Estado de México, la muerte del dinosaurio, pero si nos fijamos bien, la candidata de Morena, Delfina Gomez, fue designada candidata con el dedo del presidente Lopez Obrador y elevada al poder con una maquinaria política que sería la envidia de cualquier tricolor.
Lo que definió al PRI durante su época dorada fue el presidencialismo. El presidente designaba candidatos a las gubernaturas, senadurías y palomeaba las diputaciones federales. El presidente elegía siempre a su sucesor. No había decisión importante en la política nacional en la que no estuviera metida su mano.
¿Qué hay de diferencia con el actual gobierno? El presidente Lopez Obrador absorbió todo el poder que pudo y lo sigue haciendo, en detrimento de instituciones tan importantes como el Poder Judicial o los organismos autónomos. Por fortuna el país no responde ya a la voz de un solo hombre y muestra una vitalidad y pluralidad que jamás tuvo. Morena es la resurrección del viejo PRI en un ambiente político menos uniformado que en los setenta.
Tan solo la libertad de expresión y la fuerza de la oposición (a pesar de la derrota en el Edomex), hacen imposible gobernar por decreto como antes.
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