Perspectiva. La crisis del talento
El banco BBVA reporta que pagó 30 mil millones de pesos de impuestos por el periodo de enero a septiembre de este año. Eso significa que obtuvo 100 mil millones de utilidad en 9 meses. Al final del año, es muy probable que termine con unos 120 mil millones de utilidad. Una cifra récord para cualquier institución financiera en la historia del país.
Casi al mismo tiempo que Bancomer (así lo conocíamos) reportaba esa cifra, Pemex, casualidad de casualidades, daba a conocer las cifras más negras de su historia con una pérdida de 120 mil millones de pesos. Los socios de BBVA están felices con el rendimiento de su inversión. A la empresa con matriz en España el mercado nacional le representa la mitad de todas sus utilidades globales.
La petrolera mexicana es la empresa de ese giro más endeudada del mundo con 106 mil millones, un pasivo que tarde o temprano tendrá que comenzar a pagar el Gobierno Federal. Las tasas que pagan los bonos de Pemex a sus acreedores son elevadas porque la paraestatal no tiene flujo para cumplir. Quienes compran estos bonos y reciben tasas elevadas, saben que la empresa no puede quebrar y dejar de pagar como lo haría cualquier otra porque tiene el aval de México. Según reportó el periódico El País en febrero del año pasado, Pemex colocó bonos al 10.375%. Su deuda sería considerada “chatarra” si no tuviera el respaldo de Hacienda.
Pero la deuda de Pemex no sólo es con compradores de deuda, sino también con empresas. Según información dada a conocer, la paraestatal debe más de 500 mil millones de pesos (20 mil millones de dólares) a sus proveedores, algunos de ellos prefieren no vender porque falta certidumbre de cuándo recibirán el pago.
Si a eso sumamos los recursos que necesita la nueva refinería de Dos Bocas para funcionar, comprendemos que la empresa requiere una cirugía mayor y para ello, además de dinero, el talento de un equipo encabezado por un experto y especialistas en la industria que le ayuden con el reto.
Pero AMLO instruyó a los diputados de su partido que nadie en el gobierno podría ganar más sueldo que él. Una atadura que impide la contratación de talento. A los magistrados les rebajaron el sueldo (algo que es ilegal por sus derechos adquiridos), pero eso no les importa, la retórica sigue presente.
Si el director nacional de BBVA obtiene buenos resultados y el banco le paga algunos millones de dólares por las cifras récord, ninguno de los accionistas se ofende porque para eso le pagan. El periódico Cinco Días de España, reporta que el BBVA tendrá más de 64 ejecutivos que ganen más de un millón de Euros al año. Ellos son los responsables de la prosperidad de la institución. Eduardo Osuna, director en México, dijo a principios de año que el banco seguiría siendo el más rentable, independientemente de las tasas de interés.
La prosperidad de un país depende de los frutos de sus empresas, privadas y públicas. Para ello se necesita talento, es decir, gente preparada y competente. Si a los funcionarios de empresas del tamaño de Pemex les pagan una décima o una veinteava parte de lo que ganarían en el sector privado, lo más probable es que tengan que buscar “negocios paralelos” dentro de la misma empresa.
México, sin una meritocracia, vivirá en la mediocridad.
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