Perspectiva. La sensación del momento / Segundo Episodio

El resultado de la inscripción ciudadana en el Frente Amplio por México era previsible en el caso de Xóchitl Gálvez quien encabeza las preferencias con 554 mil 699 apoyos. Pero también fue sorpresivo porque las encuestas ponían en segundo lugar a Santiago Creel y resulta que Beatriz Paredes aparece después de Xóchitl  con 451 mil 934 apoyos. Dos mujeres a la cabeza, algo que no imaginamos apenas hace poco menos de dos meses cuando advertimos que la senadora hidalguense sería “la sensación del momento”.
Como si fuera una telenovela en episodios, el presidente López Obrador parece dirigir una obra de comedia política. Sin él, sin su rechazo al derecho de réplica para Xóchitl, sin los constantes ataques y menciones en contra de la senadora, el tema serían sus corcholatas y no la oposición. Round por round, espada contra espada, el presidente pierde la calma y confunde la arena de juego.
Lilly Téllez, la compañera senadora también hacía perder la paciencia al presidente, sobre todo con sus discursos incendiarios donde amenazaba que “quería al presidente vivo para meterlo a la cárcel cuando ella llegara a la presidencia”. Convenció a muchos radicales, y hace unos meses, aparecía en las encuestas como una contendiente del PAN. Hoy pocos recuerdan sus arrebatos.
En cambio Xóchitl tiene la chispa, la sensibilidad y la inteligencia de poder enfrentar al mismo presidente de tú a tú. Atrás quedaron las corcholatas en el escenario. Son tema de compromiso para los noticiarios y los medios impresos. Salvo Marcelo Ebrard, quien se brinca la norma para presentar proyectos, los demás navegan por el país sin que sus palabras sean escuchadas. Claudia Sheinbaum tuvo que recurrir a dos botargas, una de Fox y otra de Salinas, para hacerse notar en un mitin.
Xóchitl, al ser la sensación del momento, tiene palco en todas partes. Según afirmó en AM, un día pudo participar en más de 40 entrevistas. Su capacidad de trabajo también sorprendió a todos con 16 o 18 horas de incesante actividad, recorriendo mucho terreno. Ayer estuvo con Joaquín López Dóriga, quien dejó pasar el tiempo en una entrevista envuelta de alegría, buen humor y sentido común.
En el Segundo Episodio de la comedia política, el presidente pierde la calma, arremete contra jueces, tribunales, conservadores, los poderosos (él es el más poderoso según la crítica) y no falta su amenaza al juez que algo le ordenó. Xóchitl no lo dice pero parece disfrutar el encuentro. Jamás se enoja, lo contradice, le reclama y suelta algún comentario jocoso sin despeinarse. Como nadie, diluye el poder presidencial con una sonrisa.
El Tercer Episodio será su inminente arribo a la “coordinación del Frente”. Decimos eso porque las normas impiden decir candidata. Mientras tanto sus compañeros de oposición mostrarán sus cartas en conversaciones públicas sobre el país que sueñan con los proyectos que alientan. Sin más, la oposición se adueña de la narrativa política y Xóchitl, como Prometeo, le roba el fuego a Palacio. El fuego de la “esperanza”.
Esa es la nueva narrativa de Xóchitl: “le robamos la esperanza”. Lo que él tuvo desde hace 5 años en las manos, llega una aspiracionista en bicicleta y se lo arrebata, casi con la ayuda del propio mandatario, quien no se dio cuenta que al negarle el derecho de réplica, al cerrarle las puertas de Palacio y al calumniar con cuentas falsas y cuentos mentirosos,  la pone en el umbral de ser la primera presidenta de México.

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