Perspectiva. La vertiginosa invasión de Shein y Temu
“Las mercancías importadas por Shein y Temu no pasan por ningún proceso de pago de impuestos, advirtió el representante gremial en la presentación de Intermoda, exposición de negocios a realizarse del 16 al 19 de enero de 2024 en Guadalajara, Jalisco”.
Declaración a la revista Forbes.
El anuncio sigue los pasos de las búsquedas, lo encuentras en la plataforma X y su nombre comienza a figurar en las noticias. Se llama Temu, un mercado que inició hace 14 meses en Estados Unidos y apenas en mayo pasado en México.
Fue irresistible indagar de qué se trata el éxito de la empresa, así que con un click entré a ver la oferta de productos. Antes del registro aparece un dial que gira para obtener una rebaja. Hay que apretar un botón para que la “suerte” nos indique el descuento en la primera compra. Después de dos vueltas el puntero se detuvo en un 90%. Además había un vale de 800 pesos.
Pronto, el “carrito” de compras acumuló un cargador/mantenedor de baterías por 530 pesos menos el descuento. Siguió un mini rastreador GPS para auto por 129 pesos. Luego una linterna de alta potencia y un nivel láser por 193 pesos. Todas las compras equivalen por lo menos a un 50% del precio del mercado local.
Temu es una filial de la empresa china PDD Holdings, Inc. Listada en los mercados y con mayor valor que Alibaba, la pionera asiática del comercio digital. La cadena de noticias CNBC le llama la nueva “querida” (darling) de los mercados porque en un año casi duplicó su valor hasta llegar a 195 mil millones de dólares.
Arrebata parte de su mercado a tiendas tradicionales como Dollar General y Dollar Tree, en Estados Unidos, y va enfilada a competir con Amazon en productos económicos. Shein, la tienda de vestuario y calzado, invadió también el mercado mexicano, al grado que grandes detallistas como Coppel están preocupados.
A León y a la industria del calzado llega el tema porque hay un secreto inconfesable para las empresas chinas. Mandan sus productos al país bajo las leyes aduaneras que no gravan productos de menos de 117 dólares. Las importaciones, llamadas minimis, no pagan aranceles ni IVA. Es como estirar una mano larga que llega hasta China o Vietnam y poder comprar productos en la fábrica como si lo hiciéramos en el mercado de la esquina.
En Temu hay una oferta de un par de botines por 190 pesos. En Shein la ropa cuesta la mitad o la tercera parte que en cualquier tienda popular en el país. El pedido tarda entre 3 y 6 semanas, pero los consumidores están dispuestos a esperar por tamañas gangas.
Mientras tanto los productores nacionales de textiles y calzado encienden focos rojos. Según expertos consultados, el calzado apura más al gobierno porque son más de 3,000 fábricas en el país, mientras los textileros están consolidados en unas 60 empresas grandes pero su producción equivale a 6 veces la del calzado.
Shein y Temu pueden destruir a la industria local en pocos años si las condiciones de “dumping” o precios subsidiados desde Asia persisten. Además no pagan IVA. Una ventaja competitiva sobre los productores locales.
Si alguien tiene una duda sobre lo que significa “neoliberalismo”, puede poner en primer lugar el “dejar hacer y dejar pasar” en comercio de artículos baratos como sucede en México.
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