Perspectiva. Monreal a los leones

“Porque Sansores Pérez es un traidor, un desleal, un bandido. Dos veces ha traicionado al PRI; actuó deslealmente con sus amigos, inclusive provocó por órdenes de Luis Echeverría, la caída de Carlos A Madrazo”.

-José Ortiz Ávila, general, exgobernador de Campeche, en declaraciones a Elías Chávez, reportero de Proceso para la historia de “Lo negro del Negro Sansores”. 

La pugna entre Ricardo Monreal y el presidente López Obrador llegó a su clímax esta semana con los ataques de la gobernadora de Campeche Layda Sansores al líder del Senado. Los días del zacatecano están contados en Morena y en la primera línea política nacional, porque ningún enfrentamiento entre una Gobernadora morenista y el líder del Senado del mismo partido, pueden darse sin la autorización de Palacio.

Como contragolpe, Alejandro Rojas Díaz de León, cercano a Monreal publicó parte de la enorme fortuna que tiene la gobernadora cuya historia familiar proviene del más rancio priísmo desde la herencia de su padre, el “Negro” Carlos Sansores Pérez. Rojas la bautiza como “La Reina del Cash”, un rompimiento abismal con el

Presidente a quien le dedicaron el libro con el mismo nombre. Tan sólo parafrasear el nombre del libro más duro en contra de un presidente, significa que el circo y los leones están listos para devorar al contrincante político más experimentado que tendrá Morena. Como buen gladiador, tratará de dar el mejor espectáculo posible aunque tendrá cuidado en no pasar la delgada línea roja que hay alrededor de Palacio.

Cada vez que entrevistan a Monreal le preguntan por su relación con AMLO y siempre repite lo mismo del respeto que siente por él, de su lealtad al proyecto...

Acusa del ataque a Claudia Sheinbaum, la predilecta, y dice que su pupilo Rojas hace lo que quiere en libertad. Así son los políticos de oficio, juegan con eufemismos, guardan formas y nunca atacan al “águila”, la representación viva del tlatoani.

Lo más seguro es que al Senador le quiten el liderazgo y renuncie a su partido.

El juego de ataques frontales al presidente del PRI, Alito Moreno, fueron demoledores. En pocas semanas lo doblaron ante las acusaciones reales de corrupción y enriquecimiento inexplicable. Layda resultó ser una golpeadora insospechada, con grabaciones ilegales e interminables de su antecesor participando en toda clase de transas, negociaciones electorales bajo la mesa, y luego la exhibición de enormes propiedades en Campeche.

Quiso repetir la receta con Monreal pero en este caso no fue suficiente porque las pruebas de presuntas conversaciones por WhatsApp tuvieron el tufo de una fabricación. En cambio los obuses del personero de Monreal dieron en el blanco de la riqueza de Layda.

La guerra inmediata la va a perder Monreal porque no le queda tiempo en Morena pero en el camino usará todo un arsenal. Perderá la influencia que antes tenía con gobernadores y legisladores de su partido.

Debilitado, sólo tendrá la opción de refugiarse en otro partido. Quien conoce al Senador, sabe que dará la pelea y que su arma más poderosa es la información. Layda Sansores no será el blanco del Senador, sino Claudia Sheinbaum, la jefa de la CDMX.

José Ortiz Ávila, ex gobernador de Campeche, acusó al papá de Layda, Carlos Sansores, de haberse despachado, por órdenes de Luis Echeverría, a Carlos A. Madrazo, un carismático tabasqueño que quería democratizar al PRI en los sesentas. Curioso que su hija quiera echar a la hoguera a Ricardo Monreal, quien dice que su afán es abrir a Morena a la democracia.

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