Perspectiva. Qué le pasó a Ciro
“Todo lo desvía como siempre el presidente Lopez Obrador, en la grilla, en su politiquería, él sí es un maestro de la politiquería”.
Ciro Gómez Leyva
La ruptura entre la mayoría de los medios y el presidente Lopez Obrador llega a un punto de no retorno desde el atentado contra Ciro Gomez Leyva. Después de cuatro años de insultos, descalificaciones e infundadas acusaciones, el hastío cansa a los principales comunicadores.
Llamó tanto la atención la respuesta de Ciro al Presidente con el tema del accidente del Metro capitalino, que se viralizó en las redes. Tras el choque, el fallecimiento de una joven y un centenar de heridos, Lopez Obrador ofreció “todo su apoyo a Claudia Sheinbaum”, apuntando a su honestidad. Volvió a fustigar a sus adversarios por “lucrar con la tragedia”.
De nueva cuenta la víctima es la Jefa de Gobierno y el apoyo de Palacio es hacia ella y en segundo plano el hecho en sí mismo: la tragedia provocada por fallas en el mantenimiento, incompetencia de los operadores o simple descuido. La sombra detrás de todo es el accidente donde se rompió la Línea 12 hace año y medio, en el que fallecieron 26 pasajeros.
A Claudia le llovió porque en fines de semana estaba en plena campaña presidencial. Lejos de sus deberes de gobernar a la ciudad más compleja del país. Las críticas de la oposición son válidas porque de eso se trata la democracia, la pluralidad de voces y opiniones, la lucha civilizada por el poder.
Habíamos escuchado a Ciro en muchas ocasiones con una postura crítica ante los actos de gobierno, pero nunca el volumen y el tono tuvo la fuerza de enfrentar al primer Mandatario diciendo que solo sabía hacer grilla, politiquería. El mensaje de Ciro tomó un tono personal que pesa mucho en las audiencias nacionales. El es el comunicador más importante de la radio en México. Con 1.7 millones de radioescuchas, lleva casi una ventaja de dos a uno sobre su más cercano competidor. Es probable que esa audiencia haya aumentado después del atentado en contra de su vida. Intento que sigue impune.
Dice Joaquín Lopez-Dóriga, quien se ha convertido en otro crítico formidable de Palacio, que todos los hechos negativos como las tragedias del Metro tienen costo político, no puede ser de otra forma.
La dureza de la información no puede negarse a partir del plagio de la ministra Yasmín Esquivel. Las pifias de la señora ministra, sus falsedades, mentiras y fabricación de documentos apócrifos caló duro en las mañaneras, donde cualquier argumento a su favor caía en la indefensión, como dicen los abogados.
Dos teorías hay sobre la invulnerabilidad de Morena y su líder máximo el Presidente: la del teflón, donde al presidente se le resbala todo y es inmune a cualquier baja de su popularidad. La otra, la que veo razonable, es que el tiempo siempre desgasta al poderoso.
Ciro no solo habla como periodista de radio y televisión, sino también como víctima del clima de inseguridad. No puede ser el mismo antes y después de haber estado expuesto a una situación límite. Su pensamiento y humor no pueden ser los mismos ahora que perdió parte de su libertad de movimiento, su libertad de soledad.
Las agresiones mañaneras que sugirieron un autoatentado debieron calarle hondo. Qué tanto perderá la imparcialidad y la objetividad en su trabajo, no lo sabemos. Lo cierto es que esta última calificación de grillo y politiquero al Presidente muestra el tono que tendrá su programa de aquí al final del sexenio.
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