Perspectiva. Sufrimiento inútil

“Lo que haremos a nuestros enemigos en los días que vienen reverberá en ellos durante generaciones”.

Benjamín Netanyahu

En el ataque terrorista y criminal del grupo Hamás sobre Israel hay una gran dosis de estupidez y banalidad. Quienes organizaron la invasión y el asalto con miles de cohetes desde Gaza debieron saber lo que vendría después. Sobre todo porque sacrificar a civiles indefensos por cientos, lleva consigo la segura y multiplicada retribución del ejército israelí.

El resultado final es previsible: los líderes de Hamás serán perseguidos hasta su muerte. Eso nos hace recordar cómo la Mossad (servicios de inteligencia) cobró el ataque de terroristas islámicos a deportistas israelíes durante las olimpiadas de Munich.

Con más de 1000 civiles, entre asesinados y secuestrados, los terroristas firmaron su sentencia de muerte también. Gaza, asentamiento palestino gobernado por Hamás, dejará de existir como tal. Es previsible que el llamado de Israel a sus soldados en reserva (300 mil), sea para la tarea de tomar calle por calle y túnel por túnel, el asentamiento de los milicianos islamistas.

La Franja de Gaza es apenas una zona de 358 kilómetros cuadrados, poco menos de un tercio del espacio que tiene el municipio de León (1,220 Km2). Ahí viven 2 millones de apretujados palestinos cuya subsistencia depende de la energía, víveres y agua que le surte Israel. El primer paso anunciado por Netanyahu es un cerco y el corte de comida y servicios.

Algo terrible para una ciudad (por así decirlo) donde más de la mitad de sus habitantes son menores y el 40% tiene menos de 15 años, según lo reporta el Washington Post. En Gaza viven de ayudas humanitarias de países como Alemania y organizaciones que ahora cortarán los apoyos para desarticular a Hamás.

La única arma que le quedará a los terroristas es la de los ciudadanos secuestrados el sábado pasado. Amenazaron con matar a un rehén después de cada bombardeo inadvertido de Israel, lo harían al estilo del Ejército Islámico (ISIS) cuando degollaba a quienes consideraba infieles enemigos.

El envío del portaaviones “Gerald Ford” -el más moderno de la flota norteamericana- a las costas cercanas de Israel, habla del apoyo incondicional de EE.UU. a Israel, por si acaso a Irán se le ocurriera meter las manos al conflicto.

Dice Benjamin Netanyahu que el Medio Oriente no volverá a ser el mismo después de este ataque, el más letal en 50 años. La referencia es clara: tratarán de desaparecer cualquier esperanza de que Palestina, en sus territorios, se convierta en un estado independiente. Y si el grupo Hezbolá, asentado en el Líbano, comete el mismo error que Hamás, también perseguirán a sus miembros hasta el final.

Es sabido que Israel cuenta con armamento nuclear porque solo así puede intimidar a sus vecinos. Para ellos es un asunto existencial. La lucha para que Irán no tenga ese mismo armamento es sencilla porque si tuviera esas armas destruiría a Israel. Otros vecinos: Egipto, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes viven más preocupados por temas económicos e incluso en hacer negocios con Israel que en estallar una guerra. Siria está muy debilitada.

Todos los expertos pronostican una guerra prolongada, incluso el propio Netanyahu. No creo que Medio Oriente pueda soportar un conflicto prolongado. La Guerra de los 6 días de 1967 y la del Yom Kippur en 1973 nos dicen que Israel retribuirá el agravio rápidamente y con todo su poderío.

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Enrique Gómez Orozco
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