Perspectiva: Tiempo de vendedores locales

Las fuerzas del mercado son como una balanza; en ocasiones se van al lado del comprador y luego cambian al lado del vendedor. Antes de la imposición de cuotas al calzado chino, los grandes compradores tenían la fuerza de imponer condiciones a los fabricantes locales. Ahora están al revés. Los vendedores tienen el viento a su favor y pueden negociar mejores precios y condiciones con sus compradores.


Antes, en toda negociación, aparecía la sombra de la amenaza de cambiar al local por un proveedor chino que vendía más barato por las ventajas competitivas de ese país. El fabricante local, doblaba las manos o perdía la venta. Para un comprador de calzado no significa un problema cambiar de proveedor. Hasta antes de las cuotas, significaba planear con algo de anticipación los pedidos, era todo. Para el fabricante representaba recortar personal, redimensionar su fábrica y esperar la suerte del año siguiente. Muchos quebraron y salieron de la industria.


Cuando el peso se revaluó hace dos años la presión fue aún mayor porque más se abarataron las importaciones, sin embargo los precios al menudeo no cambiaban. Era jauja para los grandes almacenes como WalMart, solo por citar un ejemplo.


El consumidor llevará la carga del impuesto; el gobierno tendrá mayor recaudación. Si la Secretaría de Economía no ponía un alto a la invasión china, nuestra industria local podría desaparecer. Desde hace años lo comprendieron en Brasil y ahora tienen una industria pujante con una producción de más de 800 millones de pares al año.


Seguro que la producción va a aumentar y también la demanda de trabajadores especializados. Con una mayor oferta de empleo, vendrá aumento en los salarios. Los beneficios para León y los pueblos del Rincón serán inmediatos. El crédito volverá a fluir hacia la industria. Antes los bancos tenían recelo en financiar proyectos nuevos o capital de trabajo. Esto también cambiará.


El problema será elevar rápido la producción para llenar el hueco que dejarán importaciones a la baja. China envía unos 100 millones de pares al año “oficialmente”, además de lo que se colaba por los programas de importación temporal, el contrabando y la subfacturación. El valor de 100 millones de pares al precio de 200 pesos por par, son 20 mil millones de pesos anuales. Para Guanajuato es un buen ingreso que fortalece nuestra economía. Esperemos que las utilidades se reinviertan en tecnología, capacitación, investigación y desarrollo. La Cámara del Calzado ha sido fundamental para la defensa de sus agremiados, ahora debe ayudarles a navegar el crecimiento, que a veces es tan difícil como la adversidad de estar en manos de los compradores.


Nuestra industria creció y se enriqueció al abrigo del proteccionismo de los años 70, cuando no se permitía importar calzado y China estaba cerrada y en la pobreza con un ingreso por habitante de apenas 200 dólares al año. Las grandes marcas florecieron.


Esperemos que en el futuro la diversificación industrial, el crecimiento de los servicios y empresas de mayor valor agregado vayan absorbiendo a la informalidad que limita el desarrollo. Guanajuato ha crecido en complejidad; León no depende como antes de una mono-industria y abre el futuro con grandes empresas como Reyma, Banco del Bajío, Castores y Grupo Flecha Amarilla, entre otras.


En pocos días obtuvimos un piso más parejo y un mejor futuro.

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Enrique Gómez Orozco
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