Perspectiva. Tres científicos
Tres científicos: dos son de China y uno es de Taiwán, tres orientales que transforman al mundo a principios de siglo y son ejemplo para nuevas generaciones.
Jensen Huang es norteamericano nacido en Taiwán y emigrado a Estados Unidos en su infancia, él es el fundador de Nvidia, la empresa más valiosa del mundo que fabrica los chips más avanzados. A pesar de que sufrió una caída en la bolsa el lunes, su tecnología seguirá alimentando los grandes centros de procesamiento de datos para la AI, los robots del futuro y los vehículos autónomos. Una empresa que en su fundación producía GPUs (Procesadores Gráficos) para acelerar juegos gráficos, se convirtió en la principal proveedora y desarrolladora de chips de gran potencia.
Este año saca al mercado una computadora de escritorio con un procesador de un teraflop (un millón de millones de cálculos por segundo). Potencia suficiente para desarrollar herramientas de IA en casa y oficina. También para construir instrumentos de investigación médica, por ejemplo.
Huang comenzó trabajando desde niño por su condición económica y la disciplina confuciana de sus ancestros, estudió en Oregon y luego hizo posgrado en Stanford.
El segundo es Wang Changfu -hay que recordar este nombre- es el fundador de BYD, la empresa que lidera la carrera mundial en producción de vehículos de movilidad eléctrica. Wang (el apellido viene primero en chino), es el Henry Ford del siglo XXI. BYD pronto será tan grande como las marcas tradicionales, Ford o Chrysler. Si no encuentra barreras arancelarias, podría competir con Toyota y Volkswagen, los mayores fabricantes del mundo.
Sus distribuidoras en el país han rebasado en ventas a marcas norteamericanas, europeas y japonesas. Tal vez eso termine cuando Donald Trump presione para alinear los aranceles en norteamérica y se impongan las mismas tarifas que en EEUU donde el impuesto es del 100% para autos chinos. Wang creció huérfano y fue cuidado por sus hermanos. Fue un estudiante brillante en China que desentraño la mejor forma de producir baterías para celulares. Luego tomó el mando de BYD (Bring Your Dollars, bromeaba Wang), se asoció con Warren Buffett y creó la empresa dominante en NEV (nuevos vehículos eléctricos por sus abreviaturas en inglés).
El tercero es Liang Wenfeng, creador de DeepSeek, la plataforma de IA que está transformando toda una industria de punta. Liang apenas tiene 40 años y una historia de éxitos mediante la contratación de científicos o quants (analistas cuantitativos) de primera línea. Creó un fondo de inversión que usa algoritmos avanzados para predecir las variaciones de los mercados. Pero su vocación lo llevó a idear una plataforma de IA que cambió las reglas del juego por su altísimo desempeño y productividad.
También escucharemos de él como uno de los pioneros de la Inteligencia Artificial General al nivel de Demis Hassabis, premio Nobel de Química. Su nombre será, al tiempo, reconocido como el de Bill Gates o Steve Jobs. Por lo pronto puso de cabeza a la industria de la IA.
Los tres tienen algo en común: una gran preparación académica y una enjundia ejemplar para cumplir con sueños enormes.
Son ejemplo de concentración, vocación y, sobre todo, educación de excelencia. ¿Cómo podremos en México comprender la importancia de la educación como primera palanca del desarrollo? Tenemos que reconocer que estamos para llorar.
Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión.
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