Perspectiva: “We” lo dice todo
Irán está perdido si Estados Unidos entra en la guerra y ataca sus instalaciones profundas de enriquecimiento de uranio. Dos o tres bombas reventadoras de búnkeres serían suficientes para hacer pinole el intento del país teocrático por eliminar a Israel.
Donald Trump huyó de la reunión del G7 en Canadá con el pretexto de la guerra en Irán; después de haber defendido a su amigo Vladimir Putin no se sintió a gusto con los tradicionales aliados de EE.UU. Ayer martes deslizó una palabra pequeña pero muy poderosa: “We” o “nosotros”. Esta es la amenaza más grande que haya tenido Irán desde el comienzo de las negociaciones con los enviados de Trump.
Los mensajes siguieron en su red llamada “Truth”, con una solicitud en mayúsculas “RENDICIÓN INCONDICIONAL”. Luego advirtió que la gente debería salir de Teherán.
Trump habría dicho también que tenía algo más importante que la propia guerra. La única interpretación posible es que va a enviar bombarderos B 2, a tirar bombas “reventadoras de búnkeres” para quitar de raíz los laboratorios nucleares de Irán escondidos en la profundidad de montañas.
Israel no cuenta con esas bombas de 13.6 toneladas que pueden penetrar un cerro hasta profundidades de 60 metros. Los únicos aviones que pueden lanzarlas son los B 2 norteamericanos. Por eso Israel pide la intervención de EE.UU.
Con o sin esas bombas, Irán lleva todas las de perder. Ningún país árabe de relieve lo apoya. Rusia, su tradicional aliado y cliente de armas como drones, está enfrascado en su propia guerra contra Ucrania. Siria se alejó desde que tuvo el cambio de régimen. Lo que sigue para la teocracia islamista es un baño de sangre. Una tragedia humanitaria que apenas comienza.
Israel no es una nación popular por su invasión indiscriminada en Gaza, por el sufrimiento que ha infligido a millones de palestinos inocentes. Sin embargo, el pequeño pero poderoso país tiene razón en evitar que Irán llegue a tener armas nucleares. Nadie duda que de llegar a obtener poder atómico, tratará de desaparecer del mapa a la nación hebrea.
El “We” de Trump significa una alianza indestructible entre EE.UU e Israel, significa que dos de los ejércitos más letales del mundo pueden ejecutar al ayatolá Alí Jamenei. Si no lo han matado es porque los estrategas del Pentágono piensan que no es prudente hacerlo mártir. El poder de Israel no sólo son sus armas o su escudo antimisiles. Su fortaleza está en la cantidad de información que tiene sobre sus enemigos, al grado de eliminar por lo menos a 11 generales iraníes de primer rango en 4 días de batalla.
La única sorpresa negra para Israel sería que otro país como Corea del Norte provea material atómico a Irán. Si a eso sumamos la impredecible conducta de Trump, las cosas podrían ir muy mal si la guerra dura más de un par de semanas. Irán no resiste más de un mes. Su espacio aéreo está en manos de Israel, su industria petrolera puede sucumbir y la nación, de 92 millones de habitantes sufriría mucho más que en la guerra de hace 45 años contra Irak. Irán fue ingenuo al calcular que Israel se quedaría con los brazos cruzados ante lo que significa una amenaza existencial para ellos.
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