Plan México: expectativa versus realidad
Hace unos días la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, presentó ante los medios de comunicación el Plan México. La propuesta en sí es sencilla. Retomar las vocaciones industriales de cada una de las regiones económicas del país y fortalecer sus capacidades. Para ello, el gobierno federal propone trabajar con diez sectores: textil y zapatos; farmacéutica y dispositivos médicos; agroindustria; semiconductores; automotriz y electromovilidad; bienes de consumo; y aeroespacial.
Estos planes de desarrollo regional no son una estrategia nueva en el país. En su momento, las Zonas Económicas Especiales, como las del Puerto de Lázaro Cárdenas o Coatzacoalcos, impulsaron el desarrollo económico regional mediante estímulos fiscales y laborales que atrajeron inversión privada. Aunque esta estrategia fue exitosa, su impacto en el crecimiento económico fuera de las áreas implementadas fue bastante limitado.
Sin embargo, más allá de las experiencias pasadas, el Plan México también presenta sus propias limitantes: la capacidad de la infraestructura productiva instalada; la disponibilidad de personal técnico altamente capacitado que requiere la industria; y la oferta de energía eléctrica, son algunas de las cuestiones que podrían afectar el alcance de esta estrategia.
En cuanto a la infraestructura productiva, metas como alcanzar un crecimiento significativo en la industria automotriz y posicionarse como uno de los principales países en la producción aeroespacial requerirían un aumento considerable en la capacidad instalada. Esto implicaría la incorporación de mejoras tecnológicas, la expansión de la plantilla laboral y la construcción o adquisición de nuevas plantas e infraestructura. Sin embargo, lograr estos cambios en un periodo de cinco años representa un reto complejo.
Por otra parte, contar con el suficiente personal técnico podría representar una limitante adicional. Las diferencias en la calidad y acceso a la educación que existe entre las entidades federativas será una cuestión que impacte en la disponibilidad de personal técnico capacitado. En cuanto a la energía eléctrica, la insuficiencia de canales de transmisión y las restricciones impuestas a la iniciativa privada para su generación representan desafíos significativos que podrían limitar la producción de este insumo clave para las industrias.
No obstante, a pesar de las limitaciones, el Plan México se perfila como uno de los proyectos económicos más ambiciosos de los últimos años. Este plan podría favorecer la recuperación de industrias nacionales que han sufrido un fuerte deterioro, como la textil y la del calzado, al tiempo que abre oportunidades en sectores estratégicos como los semiconductores y la industria aeroespacial. La expectativa de convertirnos en la décima economía mundial es ambiciosa, pero la realidad nos recuerda que aún existen una serie de rezagos en el país que hay que atender para alcanzarla.
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