¿Qué nos espera en 2025?
Estamos ya en el año 2025. Ha pasado el 2024, el año del boato, del despotismo de la primera minoría, de la gran kermés, de los triunfos electorales y yo creo que ya es tiempo de que las y los ciudadanos exijamos seriedad en el ejercicio de la política y de las políticas públicas.
Vamos a enfrentar un año difícil, cuando menos en cuatro ejes fundamentales. No quiere decir que sean todos los problemas de México, pero vamos a enfrentar una pérdida de la inversión en medio del efecto probable de lo que ocurra hacia el futuro. La probabilidad nos dice que existe una posibilidad de que ocurra una disminución de la inversión y, aunado a ello, vamos en el desafío fiscal, arrastrando un déficit público del 5% del Producto Interno Bruto. Y, además, con una falta de seriedad en una política fiscal que también podría convertirse en un problema grave y que atajaría las inversiones.
Por su parte, en el reto ambiental, padecemos la prolongada sequía que hemos tenido en México y que tendrá consecuentemente repercusiones en el año que estamos cursando: problemas de abastecimiento del agua potable, lo que perjudicará la agricultura y desencadenará conflictos sociales por la competencia de los recursos hídricos, que cada día son más escasos; los efectos del cambio climático intensificarán fenómenos extremos, por ello, se requiere que las y los que se autoproclaman políticos sean verdaderamente la voz de los políticos, que es la sociedad en su conjunto.
Se requieren iniciativas de propuestas que vayan a enfrentar el clima en nuestro país, así como invertir en una eficiencia energética, incrementar la superficie de tierras forestales e impulsar el uso de combustibles limpios con los cuales se protege el desarrollo nacional. Tenemos una amenaza seria a la economía agrícola.
En materia de legislación, hemos ido muy atrás para impulsar iniciativas de transición energética. Somos el único país del grupo G20 sin un compromiso concreto hacia el Net 0.
La inseguridad, por otro lado, la estamos padeciendo todos los días. El ciudadano corre peligro en todos los caminos de nuestro país. Prueba de ello es Sinaloa, que tiene más de 100 días en un estado de emergencia, y pareciera ser que la clase política voltea hacia otro lado y dice que no ha pasado nada, que se están atacando las causas. Y mientras tanto, ¿qué pasa con todos los caminos de México, con la inseguridad, el cobro de piso, la extorsión, el secuestro, la migración y la corrupción (que es un fenómeno realmente problemático para nuestro país)?
Se necesita que los gobernantes se pongan a reflexionar con seriedad qué hacer en este problema, a pensar e innovar para crear soluciones que nos permitan resolver este enorme problema, no de miles, sino de millones de migrantes que cada día están generando un problema más grave en todos los sentidos.
Eso es lo que nos espera el presente año, pero lo que queremos es que lo piensen con seriedad los gobernantes.
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