Reformas, derechos y el riesgo de regresión democrática
Estamos ya próximos a cerrar el año y es importante hacer un balance de las principales reformas que presentó el expresidente López Obrador y la actual jefa del ejecutivo federal.
Primero, podríamos hablar de la ampliación de los derechos sociales, lo cual fue mucho muy importante porque se fortalecieron como acceso a las pensiones, becas, servicios de salud, lo que representó un avance en derechos económicos y sociales para sectores vulnerables.
Sin embargo, la implementación ha enfrentado retos de cobertura y calidad, sobre todo en salud y en educación y mejor dicho entre otros.
Seguridad y militarización: La Guardia Nacional ha generado una enorme preocupación entre organismos nacionales e internacionales por el aumento de la militarización en tareas de seguridad pública, lo que ha afectado derechos como el debido proceso, la integridad personal y la libertad.
Se han documentado casos de un uso excesivo de la fuerza y detenciones arbitrarias, lo cual ha motivado recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y de la Organización de las Naciones Unidas.
Reformas judiciales y penales: Se han realizado cambios para combatir la corrupción y mejorar el acceso a la justicia, pero persisten desafíos en la protección de derechos de víctimas y en la independencia judicial. La prisión preventiva, por ejemplo, oficiosa puede vulnerar la presunción de inocencia y parecer hacer que ahí hay oídos sordos en el legislador.
Los derechos de las mujeres y de los grupos vulnerables, por otra parte, se han impulsado reformas para la igualdad de género y para la protección de mujeres, pero la violencia de género y los feminicidios siguen siendo problemas muy graves.
Los derechos de los pueblos indígenas y personas con discapacidad han recibido mayor atención, aunque la implementación es totalmente desigual.
Libertad de expresión y participación: Ha habido tensiones entre el gobierno y los medios de comunicación, así como con organizaciones de la sociedad civil, lo que ha generado debates sobre la libertad de expresión y el derecho a la información. También es importante resaltar lo que todavía está en el vientre legislativo, la reforma electoral.
Sin embargo, podemos anticipar que con el formato de los foros y la narrativa del oficialismo sugiere que la reforma no sea producto de un consenso plural, sino una visión centralizada y personalizada del poder.
El hecho de que la iniciativa se construya desde el ejecutivo y no desde un proceso de diálogo amplio con partidos, sociedad civil, expertos que tanto odian, esto refuerza la percepción de que será una reforma a capricho para responder a intereses inmediatos del grupo gobernante y no a una mejora genuina del sistema democrático.
El mito del costo de las elecciones es verdaderamente insostenible. El gasto electoral representa el 0,02% del presupuesto federal.
Un país democrático que canaliza un presupuesto del 0,02% de su presupuesto, me parece que es lo más barato que hay en el mundo democrático. Es una cifra marginal si se compara con la importancia de garantizar elecciones libres, equitativas, confiables.
Durante 34 años se llevaron a efecto más de 350 procesos electorales sin una gota de sangre y esto me parece que tendríamos posiblemente una enorme regresión.
Hay un riesgo al debilitamiento institucional y se traduce de la narrativa de reducir costos sin fortalecer capacidades, lo que puede traducirse, en menor autonomía, menos vigilancia y mayor riesgo de regresión democrática. Hay un peligro, pues, de regresión.
Las reformas impuestas siempre desde el poder debilitan contrapesos, reducen la autonomía de las autoridades electorales y abren la puerta a las prácticas autoritarias.
No podemos perder la joya de la corona democrática que es que la autoridad electoral administra el procedimiento y es la ciudadanía. Lo que ellos llaman pueblo, lo que el oficialismo llama pueblo, esa ciudadanía es la que organiza las elecciones y eso es lo que ha tenido el gran reconocimiento de la sociedad democrática internacional.
La reforma electoral, todo indica, parece que está orientada más a consolidar el control político que a fortalecer la democracia y esto es o será, podrá ser, una enorme pérdida para el avance del país.
-
Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión.
Imagen