Se le está haciendo bolas el engrudo
Muchos temas suscitan la atención al arrancar la semana, el incremento de la delincuencia y la criminalidad en nuestro estado, y, el reconocimiento del Gobierno a la policía y al Poder Judicial, si no inoportuno, al menos parece impertinente.
El foro, que rápidamente convocó a un rockstar del derecho y a varios representantes contradictorios en el derecho mexicano, para analizar y proponer reformas al sistema de justicia, que implicaría revisar a fondo algunos de los puntos del Plan de Desarrollo, apenas estrenados.
También la transición, que no será tersa, al nuevo modelo de agua potable del municipio, en un momento en el que el clima ha hecho que la demanda de agua se incremente.
El desorden que el presidente de la república provocó con su ridículo juego de las “corcholatas”, que amenaza con salirse de control.
Las violaciones constitucionales del Ejército, que se empeñan en hacer una investigación en torno a los asesinatos de Nuevo Laredo, en los que no debe intervenir, sino autoridades civiles.
La frustrada tentativa del presidente de la república de reunir a los ministros de la Suprema Corte, y que fue contestada solamente por una minoría de los integrantes.
Signos todos de que al presidente se le está haciendo bolas el engrudo, parte por su incompetencia, parte por su prepotencia, y buena parte por su situación mental, delirante y confusa que provoca inquietudes, desazones, y desconfianza por su falta de firmeza, derrumbo de transparencia, pero, sobre todo, de razonabilidad, no solo en lo que él llama sus adversarios, sino en su propio equipo de trabajo, sujeto a los caprichos y en la edad de su jefe.
Uno de los ejemplos más claros del desafío presidencial, ha sido la actitud revanchista, demoliva y auspiciada por el presidente, llevado a cabo por el gobernadorzuelo veracruzano, una alimaña torpe que ha pretendido manejar su estado con el más abierto estilo patrimonialista casado al presidente. El punto es el despiste de la presidenta del Tribunal de Justicia veracruzano, que cuando una juez libera un indiciado, la cita, la recrimina y termina por detenerla por una serie de acusaciones injuriosas. La Justicia Federal le otorga una suspensión, y la juez federal veracruzana, recurre al Senado a entrevistarse con el senador Ricardo Monreal, y buscar una cita con la presidenta de la Suprema Corte de Justicia, guardias nacionales y/o jefes y presidentes, con atuendo civil, la detuvieron ilegalmente sin exhorto. La trasladaron a Veracruz sin un mandamiento legal, y la pusieron a disposición de un juzgado local de Veracruz, sin importar la protección de la justicia federal.
Andrés Manuel López Obrador está desquiciado, su capricho por sobre toda legalidad y persona, el apoyo al inicuo gobernador veracruzano, le lleva a violar fragantemente la Constitución General de la República, y, aprovechar la Guardia Nacional como su instrumento. ¿Hasta cuándo abusará de nuestra paciencia?
Es todo por hoy. Hasta una próxima, sí la hay.
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