Todas las mujeres, todos los derechos
Qué es una mujer, es una pregunta que el feminismo se ha planteado desde hace un siglo; hoy día, la respuesta sigue debatiéndose en la academia, activismos, medios y redes sociodigitales desde posturas encontradas. En 1949, la filósofa francesa Simone de Beavouir declaró que “no se nace mujer, se llega a serlo” para reflexionar sobre la imposición de roles a las personas según su género; en contraste, Judit Butler sostuvo décadas más tarde que se “llega a ser” mujer por un mandato sociocultural sin relación con la naturaleza sexuada del ser humano.
Pese a haber cierto consenso en torno a la diferencia entre “sexo” y “género” entendiendo al primero como la categoría biológica asignada a las personas al nacer por la forma de su cuerpo y al segundo como el conjunto de características que socialmente se atribuyen a cada sexo, existen discursos en defensa de las mujeres que dejan fuera a mujeres trans y, en general, a quienes transitaron de un género a otro, acorde a su identidad. Aunque el derecho a la autodeterminación reconozca internacionalmente la posibilidad de que cada persona asuma libremente su identidad, expresión de género y orientación sexual, algunas corrientes del feminismo fundadas en el pensamiento esencialista, creen que ser mujer es una característica estrictamente determinada por la naturaleza.
Pese a que la discriminación es contraria a los ideales de una democracia, en su libro Los protocolos para el voto trans en América Latina (2023) la académica Ericka López Sánchez cuestiona el principio del sufragio universal, pues de acuerdo a un análisis de México, Chile, Colombia y Perú, para las personas que se autoadscriben a esta población, cuya apariencia a menudo no coincide con la plasmada en la credencial, ejercer el voto en condiciones dignas puede resultar un desafío. La autora destaca que las vivencias de las mujeres trans evidencian las limitaciones de la perspectiva de género en la generación de políticas públicas.
Frente a sectores que miran a la diversidad sexogenérica desde el odio, la confusión y el desconocimiento, es necesario comprender que la visibilidad de las mujeres trans y de poblaciones históricamente marginadas no amenaza las luchas y avances alcanzados por otras mujeres. Comprender que nadie está siendo borrada o borrado, pues en el Estado de derecho, democrático y plural que nos preciamos de habitar, debemos aprender a convivir con las distintas realidades que lo conforman.
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