Todo Margaritas lo sabía, ¿por qué no lo sabía el Ejército?

La horrorosa noticia de un grupo de delincuentes del llamado Cartel Jalisco Nueva Generación, que en la semana pasada secuestraron cuatro personas en la comunidad de Margaritas, Jesús María, de las que al momento todavīa no se sabe  su paradero, me hizo recordar dos novelas de corte policíaco, ambas en su tipo obras maestras. "A sangre fría" de Truman Capote y "Crónica de una muerte anunciada" de Gabriel García Márquez, las dos tienen en común la intriga, en el primer caso desde el principio sabemos la comisión del crimen, sabemos quienes son las víctimas, sabemos quienes son los asesinos, como cometieron los homicidios, pero ignoramos por qué los perpetraron; en la segunda, todo el pueblo sabe que le van a matar, todos conocen por qué será, pero todos suponen que la víctima lo sabe y hasta el último momento una desafortunada circunstancia impide que pueda guardarse y evitar el asalto mortal.

Algo parecido sucedió en el repugnante y temible caso de Margaritas. Ahora sabemos que todo el pueblo conocía a los que desde hace años se dedican a corromper y envenenar a la niñez y juventud, todos sabían sus centros de operación, afuera de la secundaria y de las escuelas, identificaban la casa donde se almacenaba y distribuía la droga, habían visto a los delincuentes que sin ningún recato y sin ocultar sus caras se exhibían con armas propias del ejército, muy probablemente de las que dice el almirante Secretario de Marina que los elementos de las fuerzas armadas venden a los maleantes. Los habitantes del pueblo preferían hacerse disimulados, se cruzaban con ellos como si se tratara de limpiaparabrisas o de limosneros, haciéndo como que no les veían, como si fueran no-personas.

Las espeluznantes grabaciones que el Cartel Jalisco subió a las redes, de golpe y porrazo nos situaron en una realidad que no queremos ver. ¿Para que pensar en los homicidios nuestros de cada día, en los secuestros, en las desapariciones, si tenemos festival de calaveras? no nos faltan motivos para celebrar, hay espectáculos gratuitos, abunda la bebida y los antros abiertos hasta la madrugada.

Pero como en el cuento de Monterroso, cuando despertó el dinosaurio todavía estaba aquí. Si tienen años de estar aquí los maleantes, ¿Por qué no lo sabía el ejército?¿Por qué no lo sabía la guarida nacional?¿Por qué no lo sabían las policías?¿O si lo sabían y se hicieron de la vista gorda porque la plaza está negociada?

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión

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Jesús Eduardo Martín Jáuregui
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Jesús Eduardo Martín Jáuregui, Opinión, Aguascalientes

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Todo margaritas lo sabía, ¿por qué no lo sabía el Ejército?

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