Violencia contra periodistas

“Apostar por el periodismo (pase lo que pase) será siempre una apuesta por la libertad”, decía María Elena Meneses, una querida colega, periodista e investigadora de la comunicación, que en vida defendía al gremio y su labor.

El 2 de noviembre fue proclamado por la Organización de las Naciones Unidas como el Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas.

Toda democracia que se precie de serlo requiere garantizar la libertad de expresión y el acceso a la información para la ciudadanía. En este sentido, las y los periodistas realizan una labor fundamental en la sociedad.

Sin embargo, el gremio periodístico es particularmente vulnerable a ataques que llegan por varias vías, tales como el crimen organizado y el propio Estado que debería garantizar su seguridad, y que se materializan de distintos modos, desde las difamaciones y amenazas hasta la tortura y el asesinato.

De acuerdo con datos del Observatorio de Periodistas Asesinados de la UNESCO (2022), 1564 periodistas han sido asesinados desde 1993. De ellos, 150 son mexicanos. En lo que va de 2022, el Observatorio registra 18 periodistas mexicanos asesinados. No ha terminado el año y ya es el más oscuro en esta materia.

En esa misma línea, el informe de la organización Artículo 19 (2022), correspondiente al primer semestre de 2022, documentó 331 agresiones contra la prensa en México. Considerando los números, las principales tres son la intimidación y el hostigamiento, las amenazas y el uso ilegítimo del poder público.

Sin embargo, el asesinato es el octavo de 17 tipos de agresión. La situación es alarmante. Tanto el Observatorio de Periodistas Asesinados de la UNESCO (2022) como Artículo 19 (2022) señalan que uno de los principales obstáculos es la impunidad.

Hace un par de años, los colegas Salvador de León Vázquez y Rubén González Macías (2020) publicaron el artículo “Reportear en el desamparo: Análisis de las medidas de protección a periodistas en México desde el contexto local”. Para ello analizaron las 21 leyes locales de protección a periodistas en México y las contrastaron con 55 entrevistas a periodistas de la mayoría de los estados a los que correspondían dichas leyes. Lo que encontraron es alarmante. La mayoría de las y los periodistas que entrevistaron consideró que los mecanismos de protección a periodistas de los estados no funcionan, por diversas razones, tales como la falta de resultados que, a su vez, es consecuencia de la falta de recursos económicos, materiales, administrativos y humanos; la falta de autonomía de las dependencias para realizar su labor; la colusión entre agresores y autoridades; e incluso las agresiones por parte de funcionarios públicos. Los investigadores concluyen que hay mucha distancia entre la ley y la realidad que viven las y los periodistas.

En el gremio periodístico se suele decir que las y los periodistas no deben ser la nota, porque su labor es documentar la realidad y no protagonizar la información. Sin embargo, en este punto yo considero que la violencia contra periodistas sí debe ser nota. Atentar contra las y los periodistas es atentar contra la democracia y esto debería ser un asunto central en la discusión de los asuntos públicos.

Hablemos de responsabilidades. Las instancias públicas tienen la responsabilidad de actuar para prevenir y erradicar la violencia contra periodistas. Las organizaciones de la sociedad civil y la academia han aportado a la comprensión del fenómeno, documentando las agresiones a periodistas. Desde ahí han hecho señalamientos y recomendaciones muy puntuales. Hay experiencias muy interesantes donde se han tendido puentes con las redes de periodistas, para la formación, el diálogo y el acompañamiento. Vale la pena reflexionar también sobre la responsabilidad de los medios en la protección de sus periodistas y sobre la nuestra, como audiencias, que también nos toca luchar por un mejor periodismo y por mejores condiciones para quienes lo hacen.

Que este Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas sirva para hacer memoria de las y los periodistas asesinados, para solidarizarnos con quienes han sufrido agresiones y para buscar los modos de que el periodismo pueda desarrollarse con libertad.

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión

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Dorismilda Flores-Márquez
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Dorismilda Flores-Márquez, Opinión, Aguascalientes

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