Zedillo y el Caudillo
Dentro de las varias reglas no escritas en la política mexicana, hay una que tiene que ver con los ex presidentes: una vez que dejaron el poder constitucional, dejan de estar activos en la política. Así ha sucedido desde el final del Maximato, y esa regla se ha roto muy pocas veces, debido a excepcionales declaraciones públicas hechas por los exmandatarios, con mayor o menor impacto en la política práctica del país.
Así, de los ex presidentes vivos, en su mayoría han mantenido un perfil discreto: Carlos Salinas de Gortari radica entre México e Irlanda, dedicándose a escribir libros sobre política; Ernesto Zedillo dedicado a la academia y miembro accionista bancario; Vicente Fox ha sido quizá el más activo, con sus declaraciones locuaces y su apoyo a algunos movimientos políticos; Felipe Calderón también ha apoyado a algunos movimientos político partidistas, pero manteniendo bajo perfil; Enrique Peña Nieto ha preferido la discreción y de él hay más noticias en la prensa rosa que en la de política; López Obrador, retirado en Palenque, ejerce su influencia simbólica en las acciones legislativas y ejecutivas actuales, con su figura de caudillo.
En este contexto, Ernesto Zedillo, dentro de un foro organizado por el ITAM, hizo declaraciones con las que busca impactar en la política actual, dando un mensaje a la actual presidenta Claudia Sheinbaum. Estas declaraciones van en el sentido de, primero, dejar el caudillismo de López Obrador tomando ella misma las riendas de su gobierno; y, segundo, usar su poder para modificar los artículos transitorios y leyes secundarias del paquete de reformas aprobadas al vapor entre la salida de López Obrador y el primer periodo legislativo ya con Sheinbaum en la presidencia.
Las reformas a las que se refiere Zedillo son las implicadas en la desaparición de instituciones y organismos autónomos, los cambios al Poder Judicial, y las modificaciones legales de las Fuerzas Armadas. Mismas reformas que se consideran parte del legado del caudillo, y que las mayorías legislativas del actual partido hegemónico han aprobado sin cuestionar ni analizar nada.
Así, la voz del expresidente Zedillo se suma a otras voces del análisis de la política nacional en las que se prevé un escenario en el que la actual presidenta se enfrentará a la disyuntiva de forjar su propio camino o consolidar una nueva etapa regresiva de caudillismo como el que ya vivimos en el Maximato. La realidad nacional actual -sobre todo en el tema de la delincuencia- junto con el nuevo escenario que implica el regreso de Trump a la presidencia de Estados Unidos, orillarán a una toma de decisiones en un marco de unidad nacional.
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