Durante 7 años sufrió torturas a manos de su padrastro y ante la tolerancia de su madre
La pareja que ha sido señalada por la FGE como los responsables de torturar a un niño de 10 años de edad, ya se encuentran en las instalaciones del CERESO y un Juez les ha dictado el auto de vinculación a proceso por el delito de VIOLENCIA FAMILIAR y LESIONES DOLOSAS CALIFICADAS.
Se trata de JUAN ADOLFO de 30 años, padrastro del niño y ESMERALDA RUBÍ de 27 años, madre biológica del pequeño.
El Juez les impuso la medida cautelar de Prisión Preventiva Justificada y fijó un plazo de dos meses para el cierre de la investigación complementaria.
Los hechos que hoy los tienen tras las rejas y a disposición de un Juez ocurrieron el pasado 18 de agosto de este año cuando el pequeño de tan solo 10 años de edad se escapó de su domicilio ante las brutales golpizas que sufría a manos del “novio” de su mamá.
En su fuga, el niño se encontró con un vecino que estaba en una camioneta y le pidió ayuda para esconderlo y ponerlo a salvo porque el "novio" de su mamá lo quería matar.
Poco a poco, vecinos de las calles 22 poniente y calle 3 sur de la colonia Cumbres III comenzaron a acercarse para auxiliar al niño y pedir una patrulla y una ambulancia en el lugar.
A la llegada de los uniformados, estos le preguntaron al niño en dónde era su domicilio y se trasladaron al mismo, pero a su llegada confirmaron que tanto el padrastro como la madre se habían retirado a toda prisa en una motocicleta.
Gracias al trabajo de investigación, las autoridades pudieron dar con el paradero de los responsables y en breve serán presentados ante un Juez.
Tras la entrevista con el menor, las autoridades han confirmado que desde que éste tenía apenas 3 años de edad, comenzó a recibir maltratos porque Juan Adolfo se molestaba que el niño le dijera papá.
Las agresiones fueron subiendo de tono y llegaba a atacar al niño con el puño, tubos de plástico, con el cinturón e incluso a cabezazos, hasta la última agresión en donde le fracturó un brazo y le dio más de 30 golpes con una manguera de plástico en la espalda.
La FGE confirma que todas las agresiones fueron ante la presencia de su mamá que nunca hizo nada por defender a su hijo.