Una sociedad no debe tolerar condiciones que propicien ni una sola muerte violenta. Hemos observado una tendencia preocupante: homicidios claramente intencionales son frecuentemente catalogados como "culposos", distorsionando la magnitud real del problema, hay cifras que no contemplan a los desaparecidos, muchos de los cuales yacen en fosas clandestinas aún por descubrir.