México ha sido omiso en condenar la invasión rusa a Ucrania; el ataque de los terroristas de Hamas a Israel, y se ha dedicado más bien a pelearse con España, Perú, Ecuador; a insultar tiro por viaje a los EEUU, la ONU, la OEA y un largo etcétera, es decir, una actitud demencial para un país como México tan vinculado al exterior.