Aguascalientes y su historia con el agua: deficiencias en gestión del agua es un problema de hace siglos
Las deficiencias en la gestión del agua no son una novedad para Aguascalientes ni para el recién creado Modelo Integral de Aguas de Aguascalientes. Estos problemas cumplen casi 400 años en la entidad.
El Doctor Jesús Gómez Serrano ha dedicado parte de su estudio a la historia del agua en el estado. Con textos como “Remansos del ensueño” Las huertas y la gestión del agua en Aguascalientes, 1575 - 1960; Abasto de agua e Higiene Pública en Aguascalientes, siglos XVI Y XIX y Estados Chicos, Negocios Grandes: La renovación del sistema de abasto de agua en la ciudad de Aguascalientes de 1905 a 1914, los estudios del historiador revelan que el problema en la gestión del agua en el estado, y específicamente en la ciudad, es histórico.
Es en 1575 cuando se detecta el manantial de agua de Ojocaliente, en la época de la conquista. El hallazgo fue el atractivo principal de los españoles. Las villas se fundaron y para 1640, estas ya habían crecido. Para ese momento, y aprovechando la disponibilidad de agua, comienza el cultivo de huertos para el sembrado de frutales, viñas y chile.
Dicho manantial conducía a un arroyo del cual se construyeron zanjas para el uso de los huertos en las villas por los criollos y de los indios de San Marcos, a quienes llegaban prácticamente los remanentes del líquido. Es aquí cuando se comienzan a detectar los principales problemas en la gestión del agua, sobre todo en las épocas de estiaje.
“En 1640, la Villa es visitada por un oidor de la nueva Galicia, y este oidor encuentra, lo que más llama su atención, es el desorden relacionado con la gestión del agua. Encuentra que hay muchos pleitos entre los vecinos criollos de la villa y los indios del pueblo de San Marcos, encuentra que hay muchos pleitos entre los principales criollos por el uso de esta agua”
En medio de los conflictos sobre la gestión del agua, se tomó la determinación de que por primera vez en la historia de Aguascalientes, sea un ente público quien regule la distribución del mismo. En este momento, el cabildo del gobierno local toma las riendas del servicio.
“Entonces viene este oidor, estamos hablando otras vez del año 1640, viene este oidor encuentra este desorden, encuentra que hay muchos problemas, unos criollos contra otros, unos barrios contra otros, los indios contra los criollos. El cura de la parroquia está escandalizado porque dice que a veces la situación es tan grave que no hay ni siquiera agua en la pila bendita de la parroquia, lo cual era un terrible escándalo, entonces con el propósito de poner orden en la gestión del agua, desde 1640, este oidor dicta una serie de providencias, las más importantes de las cuales es que le confía al cabildo la gestión del agua”
Los barrios se expanden hasta el siglo XIX y la demanda crece. El acceso de agua se prioriza para los dueños de las cerca de 450 huertas existentes, mientras que los habitantes comunes, que requerían agua para sus hogares, adquirían el líquido a través de las acequias o fuentes públicas construidas por el propio cabildo.
“Entonces siempre hubo estas crisis y siempre se pelearon por el agua, conforme la Villa creció, ya estamos hablando del siglo XIX digamos, empezó a emerger un conflicto, entre los que querían el agua para regar sus huertas y los querían el agua para usos domésticos, todos tomaban el agua del manantial”
Con la construcción de los baños públicos en Los Arquitos y Ojocaliente, el acceso al agua y a la higiene comenzó a ser aún más selectivo; en este último se buscó incluso particularizar el líquido por el reciente dueño del predio, sin éxito, en 1830. El servicio de estos baños era accesible para los pudientes, los que no, acudían a las acequias públicas a bañarse, a lavar ropa y a adquirir el agua.
“Los baños que eran cuartos que alquilabas, pues eran para la gente que tenía dinero y la gente que no tenía dinero, que era la inmensa mayoría, pues también le gustaba bañarse y refrescarse, pero dónde lo hacían, pues en las acequias, y nadie te cobraba por meterte a la acequia, entonces los ricos, los pudientes, alquilaban una tina, una alberca privada en Los Arquitos o en el Ojocaliente y los pobres chapoteaban al aire libre en las acequias”
Es en 1904 que se crea el primer sistema de suministro y cobro de agua potable en los hogares, cerca de 500 de los cinco mil hogares de la ciudad tenían acceso a este; aún no había servicio para la totalidad de los habitantes. En febrero de 1910, el gobernador Alejandro Vázquez del Mercado endeuda al estado por un millón 400 mil pesos para ampliar la red del servicio, lo que los habitantes calificaron como el robo del siglo, pues era una deuda impagable. Su sucesor, el coahuilense Alberto Fuentes Dávila, firma un decreto donde se desconoce dicho contrato y el municipio se queda con obras inconclusas que prometían mejorar el servicio, para en 1930 empezar con la construcción de la red de drenaje; algunas de estas obras prevalecen a la actualidad.
El historiador señala que los problemas de la gestión del agua han sido acarreados por la capital desde hace siglos. Enfatiza en que, no conocer la historia del mismo, sentencia al estado a repetir el patrón de desigualdad en el acceso del agua, que ahora tiene el reto de democratizarse, de garantizar el derecho al líquido y establecer las obligaciones ciudadanas de todos los habitantes de la entidad para tal fin.
“Y entonces eso lo quita profundidad, dimensión histórica, sentido social a muchas de sus decisiones, porque piensan que están atacando problemas nuevos y en realidad están atacando problemas que aquejan a la sociedad desde hace 400 años y estudiar esos problemas y la forma como se han enfrentado y resuelto, nos daría un montón de ventajas para atender los problemas que estamos viendo actualmente”
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