Aguascalientes: Más allá de la visión provinciana
El reciente artículo de Otto Granados titulado “Aguascalientes provinciano empresarial”, en el que critica al gremio empresarial de Aguascalientes y a los organismos que lo representan, nos invita a una reflexión profunda y, a la vez, a una necesaria defensa. Sin caer en argumentos retóricos, quisiera iluminar ciertas omisiones en su perspectiva.
Primero, el éxito empresarial no es un acto solitario. Se gesta en ecosistemas que conjugan cultura, financiamiento, educación, incentivos y un marco legal propicio. Es así que si Mark Zuckerberg hubiese nacido en Aguascalientes y contara con el mismo ecosistema con el que contamos el resto de los empresarios en la entidad, seguramente no hubiese sido él quien creara Facebook. Y señalarlo como un fracaso empresarial sería, cuanto menos, injusto.
Simplificar la falta de empresas hidrocálidas destacadas en la bolsa de valores a una supuesta inferioridad empresarial frente a estados como Nuevo León o Jalisco es, cuanto menos, reduccionista. ¿Sería justo entonces afirmar que esos estados han tenido mejores gobernadores? Caer en ese simplismo no solo daña a los empresarios, sino al entendimiento de lo que realmente buscamos como estado. Personalmente, valoro más un estado con una economía interna pujante que diez empresas en la bolsa con problemas laborales y sociales latentes.
Es cómodo desde la butaca del funcionario, servidor público, burócrata o gubernamentalmente pensionado creer que la empresa funciona igual que los gobiernos, las secretarías o sus dependencias, en donde con un gasto ineficiente de recursos casi ilimitados se puede lograr volver a obtener recursos el periodo siguiente. Pero al leerlo, me hice la pregunta: ¿cuánto se esforzó Otto en su periodo como Gobernador de Aguascalientes por nutrir ese ecosistema empresarial en el que pudieran surgir esas exitosas empresas? Porque, sinceramente, ese Aguascalientes que describe él en su, a mi gusto, ofensivo artículo, no es el que yo, y muchos otros, vivimos y trabajamos cada día.
Hoy, Aguascalientes es cuna de innovación. Creamos software para el mundo, desarrollamos videojuegos para las empresas más prominentes y ocupamos mercados vitales en inteligencia artificial y desarrollo automotriz, por mencionar algunos. ¿Es justo simplificar todo este valor solo porque no cotizamos en la bolsa de valores?
Aguascalientes no solo tiene empresas que generan empleos dignos, sino que estas empresas se involucran de manera independiente y agremiada para asegurar que existan condiciones para su desarrollo y crecimiento. Este involucramiento es, a veces, muchas veces, en contra de los planes improvisados de distintos gobiernos; pero también, otras veces, también muchas veces, de manera coordinada con el gobierno, academia y sociedad civil. El resultado de estos esfuerzos está presente: según estudios del IMCO, estados como Nuevo León, Aguascalientes y Coahuila destacan en condiciones para atraer inversión relacionada con el nearshoring, gracias a la mano de obra calificada, condiciones laborales favorables y robusta infraestructura. Aunque enfrentamos desafíos en la disponibilidad de agua, ¿es este también un problema que deberíamos cargar al adeudo y pedirle resultados solo al empresariado?
Desde hace más de 90 años, desde organismos como COPARMEX, los empresarios no solo promovemos negocios. Somos también baluartes de acciones que generan condiciones favorables para los empresarios. En mi gestión al frente de este organismo en el estado, impulsé la mejora del transporte público, el financiamiento asequible, la educación financiera desde la niñez y la creación de comités ciudadanos, entre ellos el de anticorrupción.
Gracias a esfuerzos como estos, emanados desde el sector empresarial, hoy Aguascalientes se posiciona, también según el IMCO, entre las entidades con mayor disponibilidad de transporte público, junto con Quintana Roo, Ciudad de México y Baja California.
De Aguascalientes podemos hablar de muchas cosas buenas y de muchas otras que se pueden mejorar, pero todas han sido gracias y por culpa de lo que todos hemos hecho o dejado de hacer. Pero sigamos tratando de enumerar algunos otros logros de los que hoy gozamos todos quienes habitamos en este bello estado, pues no solo podemos destacar las condiciones para atraer más inversiones o la mejora del transporte público impulsada por la ciudadanía, o la lucha constante contra la corrupción, también podemos acentuar el suministro confiable y económico de energía eléctrica que hoy disfruta Aguascalientes. Es por ello que, junto con Sonora, Chihuahua y San Luis Potosí, nuestro estado cuenta con precios de energía más accesibles que el resto del país.
Ese "sector empresarial provinciano" al que se refiere con desdén ha sido, sexenio tras sexenio, la conciencia no solo del sector empresarial, sino de los gobernantes. Hemos enfrentado litigios contra gobiernos, hemos sido voz y contrapeso, y hemos impulsado cambios sustanciales en pro del desarrollo.
Le pregunto, señor Granados, ¿cuál es la verdadera intención detrás de su columna? ¿Busca fortalecer un Aguascalientes empresarial o solamente sembrar división y desconcierto? Porque, si bien coincido en que hay oportunistas en todos los sectores, Aguascalientes ha demostrado una resiliencia y ética empresarial que pocos pueden cuestionar.
Para concluir, el poder del sector empresarial de Aguascalientes radica en su adaptabilidad, resiliencia y compromiso inquebrantable con el desarrollo estatal. Los empresarios seguiremos siendo el motor económico, sin necesidad del reconocimiento de aquellos que optan por la crítica superficial.
Le invito, señor Granados, a mirar más allá de sus preconcepciones y a reconocer el verdadero valor y potencial de Aguascalientes. Porque, al final del día, somos más que simples cifras o percepciones: somos el corazón y el futuro de nuestro estado.
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