Campañas electorales, medios y redes
Este viernes 1 de marzo comienzan oficialmente las campañas electorales en nuestro país. Durante los siguientes 90 días veremos circular mucha información, más de la que hemos visto ya.
La parte más evidente son los medios de comunicación, por supuesto. Más allá de los tiempos oficiales a los que tienen derecho los partidos políticos en radio y televisión, es importante poner atención a los encuadres. ¿Cómo se presentan las personas candidatas de distintos partidos políticos? ¿Cuáles son las diferencias entre los modos de presentar a hombres y mujeres? A lo largo de los años hemos visto que se suele invisibilizar y estereotipar a las mujeres, pero también a la comunidad LGBTIQ+, las y los indígenas y las personas con discapacidad. ¿Qué pasará y está pasando ahora que van dos mujeres como candidatas a la presidencia de la república?
También están las tecnologías digitales, que son cada vez más relevantes en la vida política. Desde hace algunas décadas, la estrategia digital es fundamental en las campañas electorales. Hemos visto un uso intensivo de las redes desde las preprecampañas, que dieron comienzo bastante antes de las fechas marcadas por el INE. Todos los partidos y muy probablemente la inmensa mayoría de las candidaturas tienen perfiles y canales en plataformas digitales. Si en las campañas electorales de 2021 la novedad era TikTok, en esta ocasión se están poniendo en juego recursos que ya existían, pero que no habían tenido tanta presencia en las campañas, como es el caso del podcast; y también se están aprovechando recursos, como los canales en aplicaciones de mensajería instantánea, tal es el caso de Telegram —donde los canales existían hace varios años— y en WhatsApp —que se lanzaron el año pasado—. Vale la pena hacernos preguntas. ¿Cómo se presentan en redes las personas candidatas, sus partidos y coaliciones? ¿Qué temas priorizan? ¿Qué tanto promueven (o no) la interacción con la ciudadanía a través de las plataformas digitales?
Obviamente, en esos espacios que son gestionados directamente por los partidos y las candidaturas observamos los modos en que se dirigen a la ciudadanía. En sentido estricto, en el período de precampañas, los mensajes debieron dirigirse a las militancias de los partidos, porque el objetivo de ese tiempo es que cuenten con elementos para elegir a sus candidaturas; pero, como he dicho en otro momento, al haber anticipado la elección con la figura de las precandidaturas únicas, estas precampañas sirvieron más bien para seguir visibilizando a las personas que luego se convertirían oficialmente en candidatas. Incluso en el período entre campañas, la información siguió circulando en las redes, a veces de modo estratégico, como cuando las dos candidatas a la presidencia hicieron pública su visita al papa Francisco en el Vaticano y otros viajes y reuniones; a veces de modo imprudente, como cuando el candidato se vio envuelto en un escándalo por compartir en sus historias escenas en estado de ebriedad.
En el período de campañas ya toca que circulen las propuestas dirigidas a toda la ciudadanía. Aunque el marketing político de las décadas recientes está más enfocado en la emoción que en la razón, las propuestas existen y vale la pena que las revisemos. De hecho, las plataformas electorales de todos los partidos políticos están disponibles en el portal del INE desde principios de febrero. Aquí cabe aclarar que tales plataformas son por partido, no por candidatura; de modo que, aunque dos candidatas van por coaliciones de tres partidos cada una —Xóchitl Gálvez por el PAN, PRI y PRD; Claudia Sheinbaum, por MORENA, PT y Partido Verde—, las plataformas están separadas por partido y tienen sus propias lógicas.
Por supuesto, además de las plataformas, hay mucha información y recursos en el portal del INE. Destacan, por ejemplo, el formulario para proponer preguntas para el debate del 7 de abril; y también la iniciativa #Certeza2024, que busca combatir la desinformación, mediante la identificación de noticias falsas y sus correspondientes aclaraciones.
Sin embargo, mucha más información circula por canales no oficiales, que van desde las expresiones genuinas de apoyo por parte de la gente, hasta la difusión deliberada de información falsa y los ataques orquestados. Alguna vez tuvimos la ilusión de que internet iba a hacer todo más transparente y simple, con el tiempo nos hemos dado cuenta de que no fue así.
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