Competitividad estatal: Los logros y desafíos de Aguascalientes
Hay un punto del que todo gobernante debe partir, y consiste en comprender algo sencillo: ejercer el cargo para el que fueron electos supone conducirse con base en tres principios claros que son: eficiencia, transparencia y absoluto respeto al Estado de Derecho.
La combinación de estos tres factores bien llevados, por supuesto, da por resultado que los estados crezcan, que sean prósperos, generen mejores condiciones de vida y sean competitivos. Justo ayer se divulgó el nuevo índice de competitividad de los estados que hace el IINCO desde hace ya 18 años, y que nos ayuda a saber cómo andamos en las entidades. No es perfecto, desde luego, pero sí arroja una fotografía razonablemente útil. Esta edición del índice está compuesta por 50 indicadores agrupados en 6 subíndices con los que se clasifican los estados por nivel de competitividad. En el promedio general, Aguascalientes salió bien en sexto lugar, lo que quiere decir que subió una posición en el último año. No está mal, pero si se compara con otras entidades, la cosa se vuelve más relativa, porque Querétaro mejoró 9 posiciones, Yucatán 4, Jalisco 6, y hasta Tlaxcala subió 5 lugares.
Ahora, de los aspectos muy específicos en que andamos bien, regular o mal: en robo de vehículos y delitos no denunciados estamos en los lugares 14 y 12 respectivamente a nivel nacional, y donde sí parece que andamos mal es en incidencia delictiva, donde ocupamos la posición número 30 a nivel nacional. En el campo de la salud estamos muy bien en la disponibilidad de médicos especialistas: somos el tercer lugar nacional en evitar o reducir la mortalidad infantil, segundo lugar nacional, y en la esperanza de vida: cuarto lugar a nivel nacional.
Pero no estamos tan bien en el número de camas hospitalarias: por cada 100,000 habitantes, somos el estado número 16 en la República, o en la morbilidad por enfermedades respiratorias, donde ocupamos la posición número 21.
En la economía pinta bien la llegada de inversión extranjera directa (séptimo lugar nacional) y las exportaciones (sexto lugar), pero la economía no crece suficiente y por eso estamos en el lugar número 25, con un modesto 2.9% promedio en los últimos tres años. En infraestructura calificamos muy bien en acceso a Internet (cuarto lugar nacional) y la telefonía móvil (séptimo lugar), pero caemos hasta el lugar número 18 en número de heridos por accidentes de tránsito terrestre, lo que quiere decir que tenemos un problema grave, muy grave, en el sistema de movilidad y transporte en el estado. Tampoco somos competitivos en el movimiento de carga aérea, donde andamos en la posición número 21.
Donde traemos un problema más serio es en el mercado de trabajo: la informalidad laboral anda en el 42%. Es decir, población que no está en los sistemas de seguridad social o de pensiones. El ingreso promedio en el estado es bajo (número 19 a nivel nacional) y el 31% trabaja jornadas de más de 48 horas semanales, lo que nos coloca en la posición número 27.
Finalmente, la participación electoral en el 46% es una cifra sumamente baja, que es un factor clave, un reto clave, para las elecciones del 2 de junio. Y aquí el mensaje central: hay que salir a votar de manera masiva y copiosa el 2 de junio. En suma, la fotografía de Aguascalientes muestra claroscuros: variables que están bien, otras regular, y algunas mal. La relevancia de estos informes, que yo recomiendo que revisen detalladamente el gobierno estatal y los municipales, es muy sencilla: lo que se puede evaluar, se puede medir, y lo que se puede medir, se puede mejorar. Así de simple. Ojalá, ojalá podamos el año próximo salir en mucho mejores posiciones en todos los indicadores.
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