El desafío no es menor: las ciudades son los motores del cambio global, pero están atrapadas en dinámicas burocráticas que no corresponden a las urgencias actuales.
Entiendo, que pasado el mentado Buen Fin, vienen las ventas verdes, las baratas nocturnas, los viernes negros, las baratas anuales y como es mi costumbre no pienso comprar.