Opinión
Fraude cibernético: cuando el engaño toca la puerta
Desde hace un par de meses mi teléfono suena con una frecuencia extraña. Levanto la vista con sorpresa, porque ya casi no estoy acostumbrado a recibir llamadas: hoy la comunicación cotidiana ocurre en WhatsApp. En la pantalla de mi celular a veces aparece un número con lada local; respondo y resulta ser una casa financiera o una aseguradora. Digo “no, gracias” y cuelgo, pero siempre queda la incomodidad de saber que alguien tiene mi número: en el mejor de los casos, una empresa legal; en el peor, una red criminal.
Charlie Kirk: cuando el odio se vuelve contra sí
1984
No voy a escribir aquí nada ni sobre la novela de Orwell, la sociedad orwelliana, el Gran Hermano, ni la famosa y tenebrosa Habitación 101, sino casi literalmente del año de 1989, el año donde, según se mire, las cosas terminaron o comenzaron de nueva cuenta.
Vamos al mes de mayo de aquel año, del que transcurrieron ya largos 41 años.
Los amigos de todos los niños
Edmund Hillary conquista Londres
Una Fosse por las que van de Cartarescu
Días de radio, madrugadas de tevé
Gracias a las ocurrencias de don Henry Hertz, el inventor de las ondas marcianas, o algo así, es que ocurren estas cosas.
Está de más ponerme a hacer melancólicos recuerdos de los tiempos en que en la ciudad había cuatro estaciones de radio y dos repetidoras, intermitentes de televisión. Y ésta, ¡a blanco y negro!