1984

No voy a escribir aquí nada ni sobre la novela de Orwell, la sociedad  orwelliana, el Gran Hermano, ni la famosa y tenebrosa Habitación 101, sino casi literalmente del año de 1989, el año donde, según se mire, las cosas terminaron o comenzaron de nueva cuenta.

Vamos al mes de mayo de aquel año, del que transcurrieron ya largos 41 años.

Días de radio, madrugadas de tevé

Gracias a las ocurrencias de don Henry Hertz, el inventor de las ondas marcianas, o algo así, es que ocurren estas cosas.

Está de más ponerme a hacer melancólicos recuerdos de los tiempos en que en la ciudad había cuatro estaciones de radio y dos repetidoras, intermitentes de televisión. Y ésta, ¡a blanco y negro!

¿Cuánto cuesta la feria?

El maestro Don Raúl Cervantes Ahumada, que no fue mi maestro pero con quien tuve mucha cercanía gracias a otro amigo de Aguascalientes, platicaba, como ejemplo de la naturaleza del dinero, que en un pueblo de su tierra, Sinaloa, un día anocheciendo, el bromista del pueblo pasó por el hotel y le pidió a la administradora que le guardara un billete de 500 pesos, voy a la cantina y no me los quiero gastar.

Comunicar con ética en tiempos de confusión

En tiempos de crisis informativa, saturación de discursos y amenazas crecientes a la libertad de prensa, hablar de comunicación no puede ser un asunto menor. La manera en que se construyen, difunden y consumen los mensajes tiene consecuencias profundas sobre la forma en que se entiende la realidad, se decide lo público y se ejerce la democracia. La comunicación debe asumirse como un ejercicio especializado y estratégico, cuyo alcance es decisivo en la construcción de las sociedades contemporáneas.