¿Con qué cara?

Como sociedad mexicana de algo no podemos tener duda, el discurso político hacia el 2024 estará centrado en la inseguridad que vivimos todos los días. Tanto desde el oficialismo como desde la oposición, la principal promesa de campaña será dar solución a este problema que tanto lastima a nuestro país desde hace poco más de dos décadas.

La ironía en todo esto recae en que ni los que están ahora en el gobierno ni los que estuvieron antes han logrado dar una solución verdadera a los índices de violencia y el derramamiento de sangre. Esto quiere decir que al menos desde el año 2000 el gobierno mexicano no ha sabido o no ha podido concretar políticas públicas eficientes que logren establecer la paz y por supuesto que se haga justicia.

Utilizo como punto de partida el gobierno de Vicente Fox para aclarar que la violencia en México no comenzó con la declaración de guerra por parte de Felipe Calderón a los grupos criminales. Más bien este episodio histórico fue una especie de respuesta a lo que ya venía creciendo desmedidamente años atrás. 

Aunque no podemos exculpar al expresidente Calderón, pues su estrategia de guerra frontal probablemente fue la causa de que la situación se recrudeciera. Simplemente haciendo una comparación, partiendo por supuesto de las cifras oficiales, sobre el número de homicidios dolosos ocurridos en el país tanto el gobierno de Fox como en el de Calderón. 

Durante los seis años del gobierno que tuvo lugar de 2000 a 2006 el número de homicidios fue de un promedio de sesenta mil; mientras que en la administración 2006-2012 la cifra se duplicó llegando a los ciento veinte mil. Y claro está que la tendencia solamente ha ido al alza, pues con Peña Nieto fueron ciento cincuenta y seis mil asesinados, cantidad que en el gobierno actual ya fue sobrepasada y aun le queda un año de administración.

Precisamente por esta situación va a ser muy interesante aquello que formalmente van a proponer los candidatos de los diferentes partidos en materia de seguridad, ya que ni unos ni otros han podido con el paquete. Por eso la pregunta resulta obvia ¿Con qué cara le pedirán de nueva cuenta la confianza a los mexicanos si no tienen resultados concretos los cuales presumir?

La violencia debe de parar puesto que el país simplemente no aguanta más. Sin embargo, aquí también hay cabida para la reflexión, puesto que el atacar a la inseguridad no es una tarea exclusiva de los gobiernos, es también una responsabilidad conjunta con la sociedad.

Y probablemente sin temor a equivocarme, creo que debemos empezar a atacar las causas, como una tarea preventiva. Una de ellas y quizás la más obvia, debe de ser el dejar de normalizar el uso lúdico de algunas drogas ilegales. No olvidemos que el crimen organizado funciona bajo las leyes económicas de la oferta y la demanda, y mientras más demanda hay, los grupos criminales hacen todo lo que está en su poder para ofertar su producto.

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión