El mito "Colosio"
Hoy quisiera que reflexionemos sobre la reactivación del caso Colosio.
Hace unos días la Procuraduría General de la República filtró la hipótesis de que habría un segundo tirador del asesinato del excandidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, politizando nuevamente un tema tan delicado.
Pero además se sumó su hijo, la figura y político de Movimiento Ciudadano, alcalde de Monterrey y que busca ser senador en este 2024, Colosio Junior, ya que pidió al presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, el indulto para el único procesado, Mario Aburto.
Esto es preocupante porque sacar un tema tan delicado en un tiempo electoral, podría resultar solamente como sacar rédito provecho de un tema tan lamentable, pero por ello quiero aprovechar para desmitificar una figura como la que nos han querido vender del demócrata y luchador social, como Colosio. Por eso voy a decir algunas cosas que pueden resultar políticamente incorrectas o incómodas para algunos de sus seguidores.
¿De dónde surgió el mito? Básicamente de un mea culpa del priismo de aquel entonces, dónde vieron la oportunidad de tener un mártir, ya que el PRI tiene pocos líderes morales, lo anterior basado sustancialmente en el famoso discurso del 6 de marzo en el Monumento a la Revolución, donde dicen que Colosio marcó una distancia del régimen Salinista. La realidad es que dicho discurso del 6 de marzo, podríamos decir que fue inspirado, entre comillas, o plagiado del “I have a dream” de Martin Luther King.
Hay que hacer mención que los cánones priistas de aquel entonces, los candidatos y principalmente los presidenciales, mandaban el borrador de sus discursos a la Oficina de la Presidencia para su autorización o corrección, por lo que es probable que dicho discurso de la supuesta distancia que marcaría con Salinas, fuera concertado para tratar de mandar un mensaje de rompimiento y pudiera crecer, pues estaba en un segundo lugar en las preferencias por debajo de Fernández de Cevallos.
Pero, ¿quién era Colosio antes de aquel discurso del 6 de marzo? Hagamos una rápida recapitulación. Fue coordinador de campaña de Salinas en 1988 y pasó por su oficina la estrategia electoral de la campaña marcada por el fraude, también fue presidente del PRI nacional de 1988 a 1992, y operador de aquellos fraudes patrióticos y transición selectiva, por ejemplo, no reconocer el triunfo de la izquierda en Michoacán, pero una concertación con el PAN en Baja California. En 1992 se convirtió en secretario de Desarrollo Social, maquilando, ideando y operando los programas sociales para convertirlos en clientelares para el rédito electoral priista. Después, fue el tapado destapado donde atropelló el liderazgo con mayor aceptación dentro de su partido de Manuel Camacho Solís, por eso arrancó en segundo lugar, muy cercano del tercero de Cárdenas, pero lejos del primero Fernández de Cevallos.
La realidad, que a casi 30 años de dicho suceso, las investigaciones poco han avanzado, el cargo de la operación tanto intelectual como material, lo lleva solamente una persona, no hay más culpables, ni se sabe quién ordenó el crimen ni con qué intención, al igual que en aquel entonces ocurrieron los asesinatos de José Francisco Ruiz Massieu y el Cardenal Posadas, además de las desaparición de Muñoz Rocha.
Repudio las investigaciones y el manejo que actualmente se le quiere dar como una especie de cortina de humo, pero también es importante recordar todos los elementos de la trayectoria, para que la historia y los ciudadanos lo ubiquen en donde corresponde.
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