El nuevo desafío crucial en México
No cabe duda, como dice la doctora Aída Valero, de la Universidad Nacional Autónoma de México, nuestro país pasa por un proceso de seguridad ciudadana que se ha convertido en un desafío crucial para la gobernabilidad democrática y el desarrollo humano, pues en su núcleo se encuentra la violencia generada por los conflictos producidos socialmente.
La violencia parece estar siempre presente en nuestro país, en los espacios públicos, en las calles, se pasea por los parques, deambula por los caminos y también la encontramos asentada en los hogares, problemas como el narcotráfico, la trata de personas, el bullying, la violencia intrafamiliar y de género, el tráfico de armas, en secuestro los desaparecidos, la extorsión las ejecuciones, los feminicidios, la corrupción e impunidad y la ilegalidad en hechos que perfectamente el tejido social.
La percepción de inseguridad y el miedo llevan a las personas a buscar espacios seguros, refugiándose en sus propias casas, aislándose, encerrándose en el individualismo y en la desconfianza, en el enojo, en el resentimiento y en el deseo de venganza. Se establece un círculo vicioso. La violencia acaba con la vida comunitaria y cuando esto sucede se propicia la violencia.
La violencia está íntimamente ligada a la vulnerabilidad de la población, al deterioro de la vida comunitaria, por el clima de inseguridad que provoca el miedo, el aislamiento y que desanima a participar en la vida común, se debilita el tejido social que brinda seguridad a los miembros de la comunidad. Hay impactos en los comportamientos colectivos, impactos en las víctimas que quedan en la marginación, en los hijos e hijas que tienen problemas con el manejo de la rabia, el odio, el miedo y también hay una deshumanización que se insensibiliza ante la violencia y se pierde la capacidad de empatía. Todo ello sale a colación por esta semana oscura que ha vivido México
Recién señalaban, aquí en la estación, el problema de la crisis migratoria y la queja recurrente de los migrantes sobre la violencia que ejercen sobre ellos, los grupos de la violencia organizada. Pero también vimos en esta semana un fiscal asesinado en Guerrero, un delegado de la Fiscalía General de la República igualmente asesinado, un agente de inteligencia en Nuevo León privado de la vida. Pasamos este mismo mes, desde probablemente antes del próximo grito de Independencia, estaremos llegando a los 166,000 homicidios, es sin duda la administración más violenta en la historia del país, también por supuesto hemos rebasado ya la cifra de los 40.000 desaparecidos. Recurrentemente, los medios de comunicación se nos dan noticias sobre personas que van con armas a los campos de fútbol, sobre por zonas colgadas en fuentes, decapitados, privados de la vida, que nadie haga absolutamente nada y con una cifra todavía muy alta arriba del 93% en nuestro país.
Frente a esta situación oscura, ¿qué es lo que hace el Presidente de la República? Pues simplemente ha dicho que “abrazos y no balazos” y que “los va a acusar con su mamá y con sus abuelas”. Me parece absolutamente reprobable esta política pública y requerimos que la futura administración que entre en vigor en México el año próximo tenga un nuevo planteamiento, se vuelva realmente a buscar una paz social que permita un sano desarrollo para México y los mexicanos tendremos que hacer todo lo que sea nuestro alcance para exigir de quién vaya a gobernar a México, que pueda brindarle la paz y el desarrollo de México requiere, ojalá los mexicanos sepamos a estar a la altura de esa exigencia.
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