Elección histórica
El día de hoy llegan a su fin las llamadas precampañas, estos actos de simulación que realmente han disfrazado campañas políticas por la presidencia de la república, con este apelativo de “precampañas” dirigidas a los miembros de cada una de las distintas coaliciones o partidos, pero que en realidad hemos visto son campañas y que la debilidad institucional del INE poco puede hacer, o del Tribunal Federal Electoral poco han podido hacer para frenar esta simulaciones de campaña, que llamamos precampañas.
En fin, llegamos a su final el día de hoy y entramos en una etapa de receso, de casi 35 días, que impedirán a las candidatas solicitar el voto, podrán hacer actos internos de comunicación, pero no podrán solicitarnos el voto a los ciudadanos.
Eso me lleva a pensar en una cosa, que quizás pudiéramos compartir con nuestros radioescuchas el día de hoy. Creo que no podemos exagerar sí señalamos que el próximo mes de junio, el día de la votación, puede cambiar la historia de nuestras vidas y de México.
Es un momento decisivo en la historia del país, y lo que hagamos y la decisión que tomemos afectará seguramente nuestras vidas y nuestro propio desarrollo para el futuro personal, de nuestros hijos y de nuestros nietos.
Sería terrible y absolutamente increíble que no estemos conscientes del momento decisivo que vamos a vivir. Me parece que muchos de los mexicanos no le damos a la elección del próximo mes de junio, la importancia que tiene, la democracia es una cosa muy seria y es muy importante, mucho muy importante, no equivocarnos en la decisión que vayamos a tomar.
Se nos han presentado prácticamente dos modelos viables de llegar a la presidencia.
Por un lado, una alternativa que representa claramente el continuismo, y por el otro lado, una alternativa que presenta un cambio que probablemente condujera a México hacia mayor estabilidad democrática, social, económica, política y cultural
Dentro del continuismo, sabemos que se pretende, así lo ha dicho la candidata del oficialismo, se pretende continuar con la militarización del país, con el ataque a la Suprema Corte de Justicia, con la manipulación y sumisión del Congreso de la Unión, con la desaparición de los organismos constitucionales autónomos, con la fustigación a los medios de comunicación críticos hacia el gobierno, y con algunas ideas adicionales como pudiera ser apropiarse de las pensiones de los mexicanos para que sean administradas directamente por el gobierno, con esta mentira de que pretenden darle a todo mundo el 100% de su salario en la jubilación, eso no existe, eso no es posible, México no tiene recursos económicos.
También es evidente que este continuismo nos puede seguir llevando a la ruta del gobierno de las mentiras o la dictadura de las mentiras, que tan acreditado ha quedado en el gobierno de López Obrador, que ha sido estudiado cuántas mentiras dice en su mañanera, etcétera, etcétera. Entre esas mentiras, está lo que va a ocurrir en estos días con la institucionalización del sistema IMSS Bienestar, que pretende venderselos como si fuera un nuevo gran sistema de seguridad social, cuando en realidad estamos recargando en parte de las instituciones del propio Seguro Social, la atención a las personas que ya tenían un mecanismo de atención desde el Seguro Popular, pero que al pasar al INSABI, ya sabemos perdieron acceso a la salud casi 27 millones de mexicanos, según los propios datos oficiales.
Pero el continuismo tiene otro dato importante que tenemos que analizar, y es su fracaso en la lucha radical y decidida contra la corrupción. Para nadie es un secreto lo que sucedió con Sandoval y sus propiedades, las 23 propiedades de Bartlett no declaradas, los sobres que recibieron los hermanos del presidente López Obrador y que no fueron debidamente investigados, el enriquecimiento de todos sus hijos, que gozan de privilegios como si fueran millonarios desde siempre, cuando antes tenían una situación económica digamos “normal”, los privilegios que gozan estudiando en el extranjero, viajando en aviones en clase premier, residiendo en casas en Houston, etcétera, que solamente nos muestra que no hay una verdadera y efectiva lucha contra la corrupción, sino una verdadera simulación, que encuentra su base fundamental en el enriquecimiento de los amigos de los hijos del presidente, que prácticamente si tuviéramos una buena administración de justicia, rayaría muy probablemente en el prestanombres de muchos de las acciones que hacen. Todos esos amigos han sido privilegiados con contratos de asignación directa, protegidos por este mecanismo que se trata de obras de seguridad y curiosamente pues son los amigos más cercanos de los hijos del presidente de la república.
En fin, ese continuismo parece llevarnos a una dictadura autoritaria, que ya decía yo anteriormente, está centrada o fundada en la militarización del país, que también ha sido anunciado como un proceso continuista el que se daría en caso de llegar la candidata oficialista al poder, y entonces el escenario de México sigue siendo el mismo: una dictadura populista, autoritaria, centrada en el militarismo, desconociendo a toda la oposición o a todo aquel que opine de manera contraria, a los medios de comunicación, a los liderazgos políticos de otra corriente ideológica, a la empresa privada, a las instituciones de educación privada, a los investigadores de universidades privadas, etcétera, etcétera.
Los mexicanos tenemos que tener mucho cuidado sobre las opciones que se nos presentan, el continuismo o el cambio democrático deberá ser el proceso que debamos elegir en la elección del 2 de junio. Yo espero por el bien de México que todos los mexicanos sepamos reflexionar seriamente sobre la importancia de nuestro voto en el futuro de la historia del país.
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