¿Está mejor la educación ahora que en 2018?
Los millones y millones de mexicanos que elegirán a la próxima presidenta, tendrán que hacerse una pregunta básica: ¿México está mejor ahora que en 2018 o no?, y para responder correctamente necesitamos datos e información que nos ayude a despejarla.
Es el caso, por ejemplo, de la educación, que es la principal herencia que los padres de familia le pueden dejar a sus hijos y de la cual dependerá lo que hagan con sus vidas, y la respuesta categórica es que no, el resultado ya muy bien documentado a estas alturas, es que la educación proporcionada ahora a los niños de México en las escuelas públicas, que constituye casi el 90% en la educación básica, atraviesa por una situación trágica que de no ser detenida y revertida puede convertirse en una catástrofe de consecuencias incalculables.
Veamos cómo estaba México entre 2013 y 2018 y cómo está ahora en tres factores centrales; el primero de ellos es que el país contaba con un modelo educativo avanzado y de excelencia, cuyos propósitos principales eran ofrecer información integral, desarrollar competencias y habilidades, adquirir conocimientos, adaptar actitudes y tener valores, ahora, un gobierno populista coludido con el SNTE, decidió echar por la borda ese esfuerzo y cambiar una lógica educativa por una lógica ideológica que sirve para todo menos para que los niños aprendan. Inventaron, por ejemplo, un engendro llamado “Nueva Escuela Mexicana” que jamás fue ni lo uno ni lo otro, y de esa irresponsabilidad pedagógica y moral, surgieron, entre otras cosas, nuevos libros de texto que son un fracaso académico, técnico e histórico, en toda regla, que dañará a las niñas y los niños y a las escuelas que los usen.
En segundo lugar, la reforma educativa del sexenio pasado, creó un genuino servicio profesional docente para ingresar, para promoverse y para permanecer, de los maestros en la carrera. Entre 2014 y 2018, por ejemplo, participaron un millón 700 mil personas con licenciatura, en concursos de oposición y en evaluaciones de desempeño, transparentes, exigentes y meritocráticas, de las cuales entraron al servicio o lograron su ascenso casi 242 mil, lo que quiere decir que, obtuvieron su plaza o su nombramiento, como director y supervisores, los mejores aspirantes.
Ahora, el gobierno de MORENA decidió masificar, que es la palabra, el eufemismo, con que se denomina la entrega de plazas sin ningún filtro de calidad ni verdadero concurso, a 886 mil personas que realizan tareas aparentemente educativas; además, actualmente hay 155 mil personas que realizan funciones docentes sin tener un título profesional que los habilite para ello. Peor todavía, paladinamente regresó el tráfico de plazas magisteriales en muchos estados del país, las cuales hoy se cotizan entre 130 y 300 mil pesos.
En tercer término, en el sexenio pasado se estableció un plan nacional para evaluar los aprendizajes, un mecanismo indispensable para saber si los niños están aprendiendo o no, gracias a los incentivos positivos que generó ese instrumento, en 2017-2018, 11 estados ya mostraban mejoras en lenguaje y comunicación, y 18 en matemáticas, ahora, sin embargo, el desempeño de los niños ha empeorado dramáticamente, por ejemplo, un informe de la UNESCO, que es la más alta autoridad a nivel mundial en temas de educación, reportó que en sexto grado, el 59% de los niños mexicanos no alcanzaban el nivel mínimo aprobatorio en lectura, y el 62% en matemáticas.
En septiembre del 2023, hace apenas unos pocos meses, el propio Gobierno de MORENA, no le quedó más remedio que confirmar en lectura, matemáticas y civismo, los alumnos mexicanos, desde segundo de primaria hasta tercero de secundaria, sólo aciertan en los exámenes 44% de lo que se les pregunta, es decir, están reprobados, y en el caso de Aguascalientes el resultado es el mismo, en algunos grados, sobre todo entre cuarto de primaria y segundo de secundaria, por ejemplo, mucho peor.
La situación actual de la educación en México no admite paliativos ni justificaciones, es una verdadera tragedia, que de no mitigarse ahora y empezar a revertirla, será una catástrofe escandalosa con un impacto muy negativo y muy doloroso en la trayectoria de los niños.
La próxima presidenta de México deberá ser la educación de calidad su más alta prioridad, y eso no se logrará con las mismas políticas y con la destrucción sistemática que ha venido ejecutando MORENA en estos últimos cinco años.
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