La dignidad de las víctimas
Siempre muestre la mayor consideración para las víctimas (Código de los periodistas suecos.)
“Los códigos de ética muestran al sensacionalismo como una forma de ocultar la verdad de un hecho. Los acontecimientos que la prensa sensacionalista muestra pueden ser verdaderos, pero no entregan al las audiencias toda la verdad”.
Cuánta falta hace la práctica de informar la verdad completa de los hechos y la adopción de enfoques para las noticias inspirados en la mayor utilidad para el público y no en las mejores ventajas para la competencia que corren los medios.
El sensacionalismo por tanto, desconoce dos valores fundamentales del periodista: su compromiso con la verdad y su responsabilidad social.
Antes de ser noticia, son seres humanos, en la tragedia, en el desastre, en el caos o en la letalidad, hay seres humanos y como en todo ser humano hay dignidad, detrás de la tragedia está el dolor, la pérdida, el luto, el honor; siempre he creído que guardar un minuto de silencio como homenaje no tiene mayor impacto que el de una muestra de respeto, sin embargo guardar un minuto de silencio en un micrófono o en la tinta para pensar primero y escribir o hablar después, eso sí que tiene un gran impacto, eso sí que es guardar respeto a la vida y a la dignidad de las personas, de quienes se han convertido en víctimas y de quienes se han convertido en víctimas colaterales aún sin saber.
Respira, inhala hondo, exhala despacio, piensa rápido, pero piensa frío, piensa en las victimas, piensa en sus familias, piensa en sus seres queridos, en la mente de un periodista de formación -¡La emergencia! ¿Qué es urgente informar?, ¿Cómo actuar?, ¿Qué hay que cuidar? son segundos, los más críticos, pero los más importantes y entonces comienza la gran responsabilidad, primero las audiencias, antes las víctimas, ¿Resguardar un nombre que trasciende de forma extraoficial me hace ocultar la verdad? -¡No! Resguardar la integridad, esperar un poco, no especular siempre traerá efectos positivos, la libertad de informar no prevalece sobre la información selectiva de calidad, un periodista informa a nombre de la vida de las potenciales víctimas.
Las normas éticas de respeto a las personas justo llevan a eso, a respetar tanto a quienes aparecen como protagonistas de la información cuando su condición es la de víctima, como a quienes reciben la información.
Un medio de comunicación debe ser un interlocutor respetuoso pues es un invitado a un hogar, un auto o a un lugar de trabajo, por tal motivo es de quien se espera lo máximo y lo mejor aún y cuando tenga que cumplir el penoso deber de dar las malas noticias.
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